Llega la hora de coger el coche y recorrer cinco de los pueblos más bonitos de Ourense: Allariz, Ribadavia, Carballiño, Castro Caldelas y Verín. Y si durante el camino necesitas parar y tomar un descanso, que mejor manera de relajarte que en las aguas termales de alguno de los famosos balnearios de la provincia orensana.

ALLARIZ:

El primer pueblo con encanto que visitamos en la provincia orensana es Allariz, un precioso pueblo medieval enclavado en un entorno en el que dominan los bosques de castaños y arropado por ese aroma de leyendas que tanto han marcado el carácter de los hombres y mujeres de Galicia.

Posee el pueblo de Allariz un magnífico casco antiguo que fue declarado Conjunto Histórico – Artístico en el año 1971. Durante el paseo por la localidad encontraremos zonas de gran interés como el barrio judío, del siglo XIII; pero si continuamos nuestro camino por las empedradas calles de esta legendaria villa descubriremos monumentos como el Monasterio de Santa Clara del siglo XIII y famoso por que alberga el mayor claustro barroco de España. En el museo que alberga el Monasterio de Santa Clara está la Virxe Abrideira, pieza de marfil de gran valor artístico. El románico, que tanto se deja ver por estas tierras, tiene su cabida en Allariz gracias a la Iglesia de Santiago.

Si salimos del núcleo urbano de Allariz y nos alejamos unos kilómetros descubriremos dos atractivos turísticos de la zona, la Basílica románica de Santa Marina de Aguasantas y el ecoespacio de Rexo diseñado por Agustín Ibarrola.

RIBADAVIA:

Cogemos de nuevo el coche para continuar la ruta por los pueblos más bonitos de Ourense y llegar hasta nuestro siguiente destino: Ribadavia.

Hablar de Ribadavia es hablar del vino de Ribeiro y de su judería, una de las más importantes y mejor conservadas de toda la región gallega.

Ni siquiera el río Avia, de quien toma prestado su nombre el pueblo, quiere perderse la belleza de la localidad y se asoma curioso para descubrir el importante conjunto monumental de una villa que fue antigua sede del reino de Galicia.

Comenzamos a recorrer las calles de Ribadavia y lo hacemos descubriendo una judería que comenzóa ser ocupada en el siglo XI y que a día de hoy es una de las más interesantes de entre las que existen en España.  

Pero no sólo la judería es la que da merecida fama al pueblo, sino que numerosos monumentos justifican una escapada a esta localidad orensana. Entre los atractivos turísticos de Ribadavia están su castillo del siglo XV, sus plazas y sus casas blasonadas.

En cuanto a los edificios religiosos destacan la Iglesia de Santiago, de estilo románico y levantada en el s.XIII y la Iglesia de San Juan del s. XII y en la que destaca su ábside por encima de otros elementos. Pero si hay un edificio religioso que sobresale de entre el conjunto monumental de Ribadavia ese es el Convento de Santo Domingo.

CARBALLIÑO:

Tanto por su grandeza monumental como por la belleza del paisaje que rodea a la villa, Carballiño merecía estar en la lista de los pueblos con más encanto de la provincia de Ourense.

Rodeada de robles y castaños, Carballiño es otra de esas poblaciones de Ourense donde los visitantes acuden a buscar las aguas termales, ya que desde la época romana las aguas termales son un elemento básico para la vida de pueblos como Carballiño.

Además de bellezas naturales, el viajero acude a estas tierras atraído por su conjunto monumental. Uno de esos monumentos de Carballiño que atrae a los turistas es el Templo de Veracruz, del arquitecto Antonio Palacios; una magnífica muestra de arquitectura contemporánea se da en este edificio que comenzó a levantarse en 1943 y cuya construcción finalizó en 1957.

Igualmente magnífica es la Iglesia de Santa Baia de Banga, una construcción de origen románico y que combina otros estilos como el gótico o el barroco. Se trata de un edificio de líneas sencillas y que posee en su interior unas maravillosas pinturas del siglo XVI.

A las afueras del pueblo, el río Arenteiro ofrece a los visitantes un buen número de actividades para poder disfrutar de la naturaleza.

Por último, no podemos irnos de Carballiño sin hablar de su famosísima fiesta del pulpo, fiesta gastronómica que se celebra el segundo domingo de Agosto y que atrae cada año a multitud de turistas.

CASTRO CALDELAS:

Si todavía tienes ganas de descubrir más pueblos con encanto de la provincia orensana, llegamos al que puede que sea el más bonito de los pueblos de la provincia. Y es que en plena Ribeira Sacra, en lo alto de una colina, se alza orgullosa la localidad de Castro Caldelas.

 El pueblo está dominado por su imponente castillo medieval del siglo XIV que perteneció a los Condes de Lemos. La fortaleza tiene doble muralla, una exterior con tres torres y una interior. Uno de los elementos que más llama la atención del edificio es la Torre del reloj. En la actualidad es la sede del museo etnográfico,  la oficina de turismo y de la biblioteca municipal.

Si bien es cierto que el castillo es uno de los atractivos más importantes de Castro Caldelas, también lo es que el importante pasado medieval de la villa creó un magnífico casco histórico de pequeñas calles empedradas e imponentes casonas señoriales que ha sido declarado conjunto histórico-artístico en el año 1998.

Otros monumentos de gran interés son la Iglesia de la Virgen de los Remedios y la de Santa Isabel.

VERÍN:

Verín será el último de los pueblos con encanto que vamos a conocer en la provincia de Ourense. Una buena forma de finalizar una ruta por unos pueblos que muestran al visitante un grandioso pasado medieval que ha marcado el devenir de estas bellas tierras gallegas.

Verín se encuentra a orillas del río Támega y, al igual que hemos visto con anterioridad al hablar de otros pueblos de la ruta, tanto las aguas termales como los balnearios se han convertido en uno de los alicientes que hacen que el turismo llegue a estas tierras. Y es que Ourense se ha convertido en un destino de primera categoría en lo que al turismo de balnearios se refiere. De hecho, en Verín están los balnearios de Cabreiroá, Fontenova y Sousas.

Además de la riqueza de las aguas en estas tierras, Verín posee un buen puñado de edificios históricos que componen un atractivo conjunto monumental. Destacan las Iglesias de Santa María la Mayor y de Santa María de Gracia, el Monasterio de los padres Mercedarios y, a las afueras de la localidad, el Castillo de Monterrei.

Aunque el acceso está restringido a sólo 30 personas por día, merece igualmente la pena visitar el bellísimo parque natural de do Invernadeiro.