Y es que el sur de Francia cuenta con lugares magníficos que atraen a un buen número de turistas y que, además, se encuentran muy cerca de ciudades españolas como Barcelona o San Sebastián. Perpignan, Tolouse, Montpellier, o el lugar del que hablaremos hoy, Carcasona, son buenos ejemplos de lo que estamos hablando.

Qué ver en Carcasona

Estos son algunos de los lugares más interesantes que ver en Carcasona:

Paseando por la Ciudadela de Carcasona

Lo que hoy se conoce como la “Cité” era la ciudad medieval, allí donde residían varios nobles y donde también tenían sus aposentos los Vizcondes de Trencavel, auténticos protagonistas en el desarrollo de la ciudad. La ciudadela fue reformada en los siglos XIX y XX para darla el aspecto con el que se muestra hoy en día a los numerosos turistas que se acercan a conocerla.

Está rodeada de una doble muralla (de la que hablaremos más adelante) y posee 4 puertas de entrada. De ellas destacan dos por encima de las otras: la Puerta de la Narbona y la Puerta de Aude.

Pasear por la ciudadela de Carcasona es soñar con un mundo medieval que hemos visto en muchas películas que abordan esa época. Murallas, calles de adoquines, un castillo… todos los elementos se fusionan para hacernos dudar de si estamos en el siglo XV o el XXI. Paseando por la Ciudadela de Carcasona encontraremos lugares como el gran pozo del siglo XV (la leyenda dice que aquí los visigodos escondieron un tesoro) o plazas de un encanto particular. Algunos elementos que componen la ciudadela son:

Puerta de Narbona: Como decíamos, son cuatro las puertas de entrada a la ciudadela, pero es la de Narbona la más famosa de las cuatro. Se levantó a finales del siglo XIII, pero tuvo que ser restaurada en el siglo XIX siguiendo las directrices de Viollet-le-Duc, arquitecto que transformó y recuperó la ciudadela. Cuenta con dos imponentes torres, un puente levadizo y una figura conocida como “Busto de la dama Carcas”.

Puerta de Aude: Junto con la de Narbona, otra de las puertas que forman parte del conjunto de la ciudadela y que hay que ver en Carcasona. Es de comienzos del XIX y destaca por las vistas que tenemos desde ella.

Murallas: ¡Qué sería de la ciudadela de Carcasona sin sus murallas! En total son algo más de 3 km de murallas y 52 torres. Hay dos murallas, la muralla interior y la muralla exterior. Lo más interesante es que se puede caminar entre ambas murallas y descubrir durante el paseo algunos de los monumentos más importantes de Carcasona, a la vez que, en algunos puntos, disfrutamos de preciosas vistas de la ciudad y el entorno. Como el resto de la ciudadela, Eugène Viollet-le-Duc acometió en ellas una importante remodelación. Hay algunas torres emblemáticas como la Tour de la Justice o la de Trésau, del siglo XVI.

Castillo de Carcasona: En este paseo que estamos dando por la ciudadela de Carcasona, no podía faltar la visita al castillo de Carcasona. Sus orígenes son del 1130, pero, como venimos viendo con otros elementos de la ciudadela, también fue reformado y restaurado. Era el castillo de los señores de Carcasona, los Trencavel, de quien ya hemos hablado anteriormente. Hay varias salas que se pueden visitar. Una de las visitas imprescindibles que hacer en Carcasona.

Basílica de Saint-Nazaire: Para completar la magnífica postal que nos ofrece la ciudadela de Carcasona, no podemos obviar la imponente Basílica de Saint-Nazaire. Su construcción comenzó en el siglo XI, pero no se completó hasta bastante tiempo después. De hecho, la basílica mezcla los estilos románico (de los comienzos de la construcción) y gótico. Fue catedral de Carcasona hasta comienzos del siglo XIX, pero actualmente está considerada como basílica. Sin duda, las vidrieras son lo que más llama la atención del edificio. También destaca el órgano de 1637. No nos extraña que sea considerada como una auténtica joya dentro de la ciudadela.

Qué ver fuera de la Ciudadela de Carcasona

Como has podido ver, la Ciudadela es la que concentra la mayor parte de los edificios importantes de Carcasona. Sin embargo, un paseo por fuera de la Ciudadela nos llevará a descubrir otros lugares de la ciudad que merecen realmente la pena.

Algunos de esos lugares que merece la pena visitar fuera de la ciudadela son la Bastida de San Luis, en donde la Catedral de Saint Michel destaca por encima de otras construcciones. La Iglesia de Saint Gimer y la Plaza de Carnot son otros dos lugares que merece la pena conocer.

Mención aparte merece el Canal de Midi, una impresionante obra de ingeniería que es Patrimonio de la Humanidad. Es una construcción del siglo XVII conocido como Canal de los dos mares, ya que funciona como conexión entre el Océano Atlántico y el mar Mediterráneo. El canal es navegable.