Qué ver en Sidi Bou Said

Sidi Bou Said es una pequeña localidad situada en el norte de Túnez, a menos de 20 kilómetros de la capital del país y cerca de las ruinas de la antigua Cartago. Bohemia y mediterránea, su historia está ligada a dos figuras: Sidi Bou Saïd, ermitaño y erudito que decidió retirarse a una colina con el fin de impartir las enseñanzas del sufismo (y que da nombre al pueblo) y Rodolphe d’Erlanger, barón franco-británico quien daría la orden de que todas las casas y construcciones de la localidad se pintasen de azul y blanco, dando como resultado la imagen de postal que podemos disfrutar actualmente. Hacia finales del XIX, Sidi Bou Said se convirtió en un lugar que atrajo a escritores, artistas y gentes de vida bohemia.

Paseando por las calles de Sidi Bou Said

Sidi Bou Said invita a perderse por sus callejuelas estrechas y empinadas tomadas por numerosos elementos de la arquitectura árabe-andalusí como patios, fuentes, tiendas de artesanía, coquetos cafés con olor a té de menta y, sobre todo, su seña de identidad: numerosas casas blancas y azules que dan a este lugar del norte de África esa esencia tan mediterránea de la que venimos hablando. Una imagen que encontramos en la calle principal de Sidi Bou Said, lugar en el que las típicas casas decoradas en tonos blancos y azules esconden comercios en los que poder hacernos con productos artesanos tradicionales. En este deambular sin un rumbo fijo por las calles de la localidad, son pocos los que se resisten a entrar en alguno de sus cafés con encanto.

Café des nattes

Y si de cafés con encanto hablamos, tenemos que hacer referencia al Café des nattes, situado en la plaza más importante de la localidad. Ya las escaleras que suben hasta el establecimiento nos indican que estamos en un sitio diferente, pues formaban parte de una antigua mezquita. Su interior no decepciona. Allí locales y turistas se dejan embriagar por su estilo un tanto bohemio mientras dan buena cuenta de un té con menta, la especialidad del lugar. Aunque el Café des nattes es el más legendario de la localidad, no es el único que hay que conocer en Sidi Bou Said. Así, tenemos otra cita ineludible con el Café des Délices, cuyo encanto principal radica en su ubicación junto a la playa, en las vistas infinitas del Mediterráneo y en los atardeceres de postal que desde allí se divisan.

Museo Dar El Annabi

Otro lugar interesante que ver en Sidi Bou Said es el Museo Dar El Annabi, una casa-palacio de estilo árabe del XVIII convertida en museo privado, con diferentes salas en las que se muestra el estilo de vida tunecino a través de objetos y pertenencias de sus moradores. La residencia cuenta además cuenta con un tranquilo patio.

Palacio Ennejma Ezzahra

Posiblemente sea el Palacio Ennejma Ezzahara el edificio que más nos llame la atención de cuantos hay en Sidi Bou Said. Se trata de un hermoso palacio que fue residencia del Barón d’Erlanger, de quien ya dijimos que fue quien dictó la norma de que todas las casas del pueblo se pintasen de azul y blanco. Además fue orientalista, escritor y experto en música tradicional árabe. El interior del Palacio Ennejma Ezzahara es sede desde 1991 del Centro de Música Árabe y Mediterránea. En él se exponen una amplia muestra de objetos, entre ellos varios instrumentos y algunos manuscritos del siglo XII, así como obras pictóricas realizadas por el propio Rodolphe d’Erlanger. Un lugar que tanto por el continente como por el contenido no defraudará al visitante.

Mezquita Zaouia

Aunque no es posible visitar su interior, ya que solo pueden acceder a ella los musulmanes, merece la pena acercarse a conocer el exterior y el patio de la Mezquita Zaouia, pues se trata de la construcción religiosa principal de la localidad y en ella descansan los restos del ermitaño Abu Said Ibn Khalef.

Por su cercanía (apenas 5 kilómetros) y valor histórico, la mayoría de viajeros que se acercan a conocer Sidi Bou Said lo hacen como complemento a su visita a las ruinas de la legendaria ciudad de Cartago. Algunos de los lugares imprescindibles que ver en Cartago son el Teatro Romano de Cartago, la Acrópolis de Byrsa con la catedral Católica de San Luis, el Museo Nacional de Cartago o las Termas de Antonino.