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Bujará


Es de sobra conocida la importancia de la ciudad de Samarkanda en la conocida como Ruta de la Seda, y ya sabemos que cuando se piensa en hacer un viaje a Uzbekistán es Samarkanda el destino en el que cualquier viajero piensa en primer lugar; sin embargo existe otra ciudad en Uzbekistan que fue muy importante para esta famosa ruta y que además se convirtió en paso obligado de sabios y maestros. Esta ciudad se llama Bujará.

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Datos Útiles


País: Uzbekistán
Idioma: Uzbeko, Ruso
Zona Horaria: GMT +5
Moneda: Som uzbeko
Requisitos de entrada: Visado turístico

Pero antes de adentrarnos en la ciudad de Bujará para conocer qué es lo que ofrece al visitante este lugar, debemos hablar un poco de la historia de esta ciudad, sólo así conseguiremos dar la importancia que se merece al lugar.

Ya en el siglo IX la ciudad tenía el honor de ser la capital del reino Samánida, convirtiéndose en uno de los centros culturales y económicos más importantes del Oriente en aquella época. Su importancia cultural se reflejó en la construcción de varias madrasas y de una de las bibliotecas más grandes del mundo; la importancia religiosa tuvo su máxima representación en la edificación de varias mezquitas; la importancia económica de la ciudad se aprecia en que Bujará fue lugar de parada obligatoria para los comerciantes de las rutas de la seda y las especias. Además, en Bujará, se establecieron algunos de los pensadores más importantes de la época como Avicena.

Pero la ciudad sucumbió a la furia del sangriento guerrero mongol Gengis Kan, quien arrasó la ciudad y con ello todos los símbolos de ese glorioso pasado. Por suerte, en el siglo XVI, la ciudad resurgió de sus cenizas, volviendo a ser un importante centro tanto religioso como cultural.

Un pasado glorioso y un renacimiento de la ciudad que se refleja en los monumentos que nos encontramos a lo largo y ancho de ella. Madrasas, mezquitas y minaretes dan buena cuenta de la importancia de esta ciudad en Oriente.

Seguramente el centro neurálgico de la ciudad sea la plaza de Lyab-i Hauz; un agradable lugar donde disfrutar de un té mientras observamos las tranquilas aguas del estanque que existe en medio de la plaza. En la plaza de Lyab-i Hauz se encuentra una de las madrasas más grandes de Asia Central y la más grande de Bujará conocida como Madrasa de Kukeldash. Esta madrasa fue construida en el siglo XVI bajo el reinado de Abdullakhan II participando en su construcción los mejores artesanos de la época. Una parte de la madrasa es a día de hoy la sede del Museo Memorial de Sadriddin Ayni, quien fue uno de los más importantes escritores de la región en el siglo XX.

En esta plaza está otra de las madrasas más famosas de la ciudad, la madrasa de Nadir Divanbegi del siglo XVII, donde destaca su precioso Pishteq o puerta de entrada que fue decorada con azulejos, formando un precioso mosaico de formas islámicas.

Dejamos esta plaza para acercarnos hasta el complejo de PoiKalon, el lugar más importante de la ciudad gracias a los monumentos que lo componen; y es que es en este complejo donde se alza el minarete de Kalán. El minarete de Kalán es el único de los monumentos que aún se conservan de la época anterior a la destrucción de la ciudad por Gengis Kan, debido precisamente a que Gengis Kan ordenó que no se destruyera un edificio de tanta belleza. Se trata de una construcción de ladrillo cocido, levantada en el año1127. Sus dimensiones lo dicen todo: 47 metros de alto, 9 de diámetro en la base y 6 en la parte superior lo convirtieron en uno de los minaretes más grandes del mundo musulmán; gracias a su altura, el minarete fue utilizado como faro para las caravanas de comerciantes que se dirigían a la ciudad.

En el mismo complejo de Poi Kalon está la madrasa de Mir-i-Arab del siglo XVI. Está escuela coránica es una de las más importantes madrasas de Asia Central. Aunque no es posible acceder al interior de ella, sí merece la pena estar un buen rato admirando el exterior de la madrasa.

El último de los edificios que componen el complejo de PoiKalon es la Mezquita Kalon. Fue esta mezquita construida a finales del siglo VIII, siendo destruida por Gengis Kan y volviéndose a reconstruir ya en el siglo XVI. A día de hoy es una de las mezquitas más importantes de Bujará.

Muchos de los monumentos más importantes de la ciudad se reparten, como hemos visto, entre la plaza Lyab-i Hauz y el complejo Poi Kalon, pero Bujará cuenta con muchos otros monumentos repartidos por la ciudad.

Destaca fuera de estas dos zonas de la ciudad la mezquita Bolo Haouz que posee una curiosa entrada compuesta por unas finísimas columnas y por techos de madera. Igualmente curiosa es la construcción de la mezquita Chor Minor, compuesta por cuatro curiosos minaretes.

Importantes también dentro del conjunto arquitectónico de la ciudad son dos mausoleos; el de Ismail Samani hace honor al fundador de la dinastía Samánida, de cuyo reino era capital Bujará. El segundo de los mausoleos es el de Chasma Ayub, aunque este no tiene la misma importancia que el dedicado a Ismail Samani.

El último de los edificios de los que hablaremos en la ruta de hoy es Ark, por tratarse de una fortaleza que sirvió como defensa de la ciudad desde los siglos que van del V al siglo XX.

Y no nos podemos ir de Bujará sin acercarnos a alguno de sus múltiples bazares y hacernos con algunos de los productos típicos de esta región de Uzbekistán.

 


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