La Costa Azul, o Riviera Francesa, es elnombre que se le da a una parte del litoral situado en la zona sureste deFrancia. Se cree que esta denominación procede de la obra Cote d’Azur, de  Stéphen Liégeard, quien la utilizó porprimera vez en 1887 para describir una porción de costa situada entre Marsellay Génova (Italia).

Sea como fuere, lo cierto es que la CostaAzul se convirtió durante los primeros años del siglo XX en un destino muypopular para la burguesía y la aristocracia del centro de Europa, que laescogió por su clima suave durante todo el año y por la belleza de suspaisajes, con impresionantes acantilados donde los Alpes se encuentran con elmar, y pequeñas poblaciones llenas de encanto.

Precisamente, una buena forma de disfrutarde sus espectaculares vistas es hacerlo en coche circulando a través de laGrand Corniche, probablemente una de las carreteras panorámicas más famosas delmundo. Aunque también podemos conocer la zona en barco. Elijamos el medio detransporte que elijamos para nuestras vacaciones, estas son algunas de laspoblaciones que no podemos dejar de visitar:

- Niza:a sólo 30 kilómetros de la frontera italiana y al abrigo de los Alpes, Niza es laperla de la Costa Azul, la ciudad que sedujo a pintores, como Matisse, que seenamoró de su luz, y a políticos, como Churchill, sin olvidar a actores y aactrices, como Ava Gardner o el mismísimo Aldred Hitchcock. Una interesanteforma de ver la ciudad es subiendo a la Colina del Castillo, desde donde sedisfruta de unas vistas privilegiadas de la Bahía de los Ángeles y de los tejados de la ciudad vieja, famosapor sus callejuelas estrechas y llenas de vida. Mención a parte merecen susmuseos, como el Museo Matisse o el Museo Chagall. Tampoco podemos irnos de Nizasin dar una vuelta por el Paseo de los Ingleses, el glamuroso paseo marítimo dela ciudad, donde se encuentran sus más de siete kilómetros de playas.

- Cannes:situada a 36 kilómetros de Niza, encontramos otra de las llamadas perlas de laCosta Azul, Cannes, famosa por el festival de cine que lleva su nombre y por elglamour que se respira en cada uno de sus rincones. Su paseo marítimo, concélebres hoteles, como el Carlton Intercontinental o el Majestic, es un buenejemplo del lujo que puede encontrarse en la localidad. Además, no podemosperdernos una visita al Castillo de la Tour de la Castre (donde se ubica elMuseo de la Castre) o la iglesia de Notre Dame de la Esperanza, entre otros. 

- SaintTropez: otra de las visitas obligatorias en nuestra ruta es Saint Tropez.El que a principios del siglo XX era un pequeño pueblo de pescadores, se haconvertido con el paso de las décadas en un centro turístico de lujo, conimpresionantes palacetes, hoteles de cinco estrellas y ostentosos yatesamarrados en su puerto. Si visitamos la ciudad, no debemos perdernos una visitaa su Ciudadela, herencia defensiva del pasado de la ciudad, atacadafrecuentemente por piratas y objetivo en varias contiendas militares a lo largode los siglos.

- SaintRaphael: quizás menos famosa que otras ciudades de la Costa Azul, SaintRaphael ha estado durante décadas en el punto de mira de cantantes, actores eintelectuales por sus más de 30 playas y calas y por la belleza de sus paisajescon escarpados acantilados. Este pequeño pueblo pesquero es famoso, además, porsus estrechas callejuelas y sus mercados típicamente provenzales, así como porsus iglesias, entre las que destaca la Basílica Notre Dame de la Victoire, deestilo neo-romántico bizantino.

- Montecarlo:la capital de Mónaco no necesita presentación. Famosa en el mundo entero ysinónimo de lujo y glamour, la capital monegasca no puede faltar en una rutapor la Costa Azul. Imprescindible visitar Mónaco-Ville, la parte antigua de laciudad, donde reside la familia real, el Palais du Prince (o Palacio de losGrimaldi), el célebre Casino de Montecarlo y el Jardin Exotique, entre muchosotros.