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Los pueblos pequeños más bonitos de España


Dicen que los gustos de los viajeros cambiarán cuando termine la crisis que el coronavirus ha creado. Los expertos creen que los destinos que buscarán los turistas después del largo confinamiento serán aquellos en los que la naturaleza y el aire libre tengan un peso importante.

Datos Útiles


País: España
Idioma: Español
Zona Horaria: GMT +1
Moneda:
Requisitos de entrada:

El viajero huirá de aglomeraciones. Junto a la naturaleza, la España rural se encontrará en el foco de muchos de estos viajes. El descanso, la tranquilidad y la vida al aire libre que nos proporcionan los pequeños pueblos de la geografía española serán un importante reclamo a la hora de decidir nuestro destino. Ante esta nueva situación nos hemos preguntado: ¿cuáles serán los pueblos pequeños más bonitos de España?

Para saberlo, hemos tomado como referencia los pueblos que ostentan el titulo de pueblo más bonito de España y de ahí hemos seleccionado sólo aquellos pueblos que se encuentran por debajo de la barrera de los mil habitantes. El resultado es una pequeña lista de pueblos donde la tranquilidad, la belleza de sus rincones, la amabilidad de sus gentes y la naturaleza son elementos esenciales que componen su personalidad.


Lucainena de las Torres (Almería)

Nos vamos hasta Almería para encontrar el primero de los pueblos pequeños más bonitos de España, concretamente hasta Lucainena de las Torres. A lo lejos, el pueblo parece como un pequeño copo de nieve blanco que ha caído sobre el hermoso paisaje de la Sierra Alhamilla. Cuando entramos en los límites del pueblo observamos como el color blanco se debe a sus casas encaladas que son adornadas con cientos de macetas con flores, proyectando así una imagen de típico pueblo andaluz.

Un paseo por sus tranquilas calles nos lleva a encontrarnos con algunos de sus monumentos más destacados. El que más llama la atención es la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Montesión, una construcción de principios del siglo XV que presenta un buen estado de conservación. Si ascendemos por la colina, llegaremos hasta el lugar donde se encuentra una antigua torre de vigilancia (el pueblo llegó a tener siete) que sería utilizada posteriormente como molino de viento.

Desde los miradores de el Poyo de la Cruz y de Garruchete disfrutaremos de una bella panorámica de los paisajes que envuelven al pueblo. Unos paisajes que podemos disfrutar de primera mano mientras recorremos la vía verde, un camino que nos da buena cuenta del pasado minero de la villa. Para completar la visita a Lucainena hay que acercarse hasta los hornos de calcinación y los lavaderos públicos.

Si queremos descansar, la plaza del pueblo, presidida por el ayuntamiento, es un buen lugar para ello. Si lo que queremos es cultura, podemos acercarnos hasta el Museo de la Cerámica.

Cantavieja (Teruel)

Cogemos el coche para viajar desde Andalucía hasta Aragón. Sobre un promontorio rocoso se asienta un pueblo por el que han pasado varias civilizaciones que han dejado su impronta en él. En el año 1981, Cantavieja es declarado Conjunto histórico artístico por su riqueza artística, su buen estado de conservación y la belleza de sus paisajes.

El castillo ofrece preciosas vistas de Cantavieja y su entorno. Recorriendo las calles medievales de la localidad nos encontramos con la plaza mayor o plaza de Cristo rey. Esta plaza es el centro neurálgico del pueblo y reúne en ella algunos de las construcciones más importantes de la villa. Preside la plaza el ayuntamiento del siglo XVI, que mezcla elementos góticos y renacentistas. Cerca está la Iglesia de la Asunción, templo gótico del siglo XVII que ha sido objeto de varias reformas y ampliaciones hasta alcanzar el aspecto que presenta hoy día. Otros monumentos de interés de Cantavieja son la Iglesia de San Miguel, la Ermita de Loreto, el Museo de las guerras carlistas y algunas casas señoriales de la edad media.

Castrillo de los Polvazares (León)

Nos vamos hasta la comarca de la Maragatería; lugar de arrieros, pueblos tranquilos, hermosos paisajes y contundentes cocidos. Uno de esos pueblos tranquilos de la Maragatería es Castrillo de los Polvazares.

Castrillo de los Polvazares es un pueblo pequeño formado por apenas un puñado de calles. Pero se trata de una localidad que tiene algo especial. Quizás ese algo especial sea que forma parte del Camino de Santiago. Son muchos los peregrinos que, cuando pasan por Castrillo de los Polvazares, deciden que es el mejor momento para hacer un alto en el camino y disfrutar de la belleza y la paz que transmite la localidad. Puede que alguno de ellos haga incluso una parada algo más larga y decida entrar a degustar un delicioso cocido en alguno de sus restaurantes. O quizás ese algo especial sean sus calles empedradas; o ese pasado de arrieros cuya huella observamos en recias casonas de grandes portadas (por donde los arrieros introducían los carros) y fuertes muros (para aguantar los embistes del duro invierno leonés). La Iglesia de Santa María Magdalena y su imponente espadaña es el principal monumento de la localidad. No es de extrañar que la localidad haya sido declarada Bien de Interés Cultural.

Briones (La Rioja)

Cercada por un entorno privilegiado, Briones es otro de esos pueblos pequeños que merecen estar entre los más bonitos de España. Amplias zonas de viñedos y las sierras de la Demanda y de Cantabria sirven como carta de presentación de un pueblo cuya historia viene desde tiempos muy antiguos.

Quizás el primer lugar al que podemos visitar cuando llegamos a Briones son los restos de la torre del homenaje, pues desde allí tendremos unas vistas privilegiadas del entorno.

Unas murallas del siglo XIII protegen el casco histórico de la población. Hoy en día, dos son las puertas de acceso que se conservan de las seis que tenía la muralla. Las murallas esconden tras de sí un casco histórico que conserva su encanto medieval. El corazón del casco antiguo es la magnífica Plaza de España, un espacio que sirve como centro de reunión de las gentes de Briones. Es esta plaza la que acoge los monumentos más importantes de la localidad. Destaca por encima de todos la magnífica Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI y realizada siguiendo las pautas del estilo gótico isabelino. El Palacio del Marqués de San Nicolás, construcción barroca del XVI, es otro de los edificios que contribuyen a embellecer la plaza. Importantes son también la Antigua Abadía, la Casona de la Plaza y el Palacio de los Quincoces.

Para terminar la visita a Briones, nada mejor que hacerlo conociendo y probando los deliciosos vinos de La Rioja. Para ello nos acercaremos al Museo Vivanco, considerado uno de los mejores museos del vino del mundo.

San Martín de Trevejo (Cáceres)

Si buscamos un lugar apartado, donde el tiempo pasa lento y donde desconectar del ritmo que impone la sociedad actual es casi una obligación, ese lugar es San Martín de Trevejo, en Cáceres. Muy cerca de la frontera con Portugal se encuentra un pueblo que hasta presume de tener su propio dialecto. San Martín de Trevejo es el destino perfecto para aquellos que quieren alejarse por unos días de las aglomeraciones y quieren conectar de nuevo con la naturaleza.

Por sus calles empedradas imaginamos el pasado medieval de la villa. A ambos lados de estas, los vecinos embellecen las fachadas de sus casas con plantas y flores. Si paseamos por ellas, es seguro que en algún momento nos daremos de bruces con la Iglesia de San Martín de Tours y el monasterio de San Miguel. El mejor plan que hacer en la plaza mayor del pueblo es tomar un café sin hacer absolutamente nada, sólo mirar como pasa el tiempo en un lugar privilegiado como pocos.


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