En el tobillo de la bota italiana se sitúa Nápoles. Una intensa y preciosa ciudad, cuna de muchos platos típicos italianos, donde los sentidos se regocijarán al atender al arte que rellena la ciudad, olfatear los olores de su gastronomía por las calles adoquinadas o deslumbrarnos con una ópera en el Teatro San Carlo.
Nápoles es tristemente conocida en todo el mundo por la Camorra, una organización criminal vinculada a prácticas mafiosas, que solamente sirve para ensombrecer y poner un velo negro a esta maravillosa ciudad orgullosa de sus tradiciones y su pasado. Nos proponemos alumbrar los aspectos y lugares más interesantes de la capital de la Campania.
Vesubio, Pompeya y Herculano
A escasos 7 kilómetros se alza el famoso y destructivo Vesubio. Este volcán activo registró su última erupción en 1944, pero es tristemente famoso por su erupción en el año 79 de nuestra era cuando sepultó bajo sus cenizas y magma las ciudades romanas de Pompeya y Herculano. Es muy recomendable desplazarse hasta el volcán para admirar las vistas que tendremos de la capital y la costa napolitana, podemos fácilmente en coche hasta pocos metros del cráter.
Después de visitar el fuego iremos a las cenizas, las ruinas de Pompeya están a escasos kilómetros al sur. Allí descubriremos una ciudad que estuvo más de 16 siglos sepultada bajo toneladas de ceniza y piedras volcánicas. Precisamente este hecho pudo conservar del paso del tiempo los edificios, frescos, mosaicos, esculturas y hasta a los propios pompeyos fueron eternizados tal como les sorprendió la erupción. La experiencia es sobrecogedora, más aún, si el viajero logra meterse en la piel de los pompeyos, cosa que no será difícil, debido a los escorzos y el realismo de las momias. Caminar por los restos del cardus y el decumanus te teletransportará hasta el antiguo imperio romano, pocos lugares en el mundo tienen la fuerza, dramatismo e historia de Pompeya, quizá sólo Herculano. En la actual Ercolano encontraremos un espectáculo similar, como dos partes de la misma novela. Es un retrato, una fotografía del momento en que las decenas de millares de habitantes quedaron enterrados y momificados para la eternidad. Un encuentro duro e imborrable con la triste historia de estas dos ciudades romanas.
Spaccanapoli
De vuelta a Nápoles y a sus adoquinadas calles pasearemos por Spaccanapoli, situado en el casco antiguo de la ciudad, este barrio es el más tradicional y representativo de la imagen estereotipada que tenemos de Italia. Recorriendo la vía Benedetto Croce observaremos hombres jugando al dominó mientras se toman un café en una terraza, los niños jugando por la calle y un sinfín de aromas culinarios embriagadores. En las paradas que iremos encontrando podremos comprar objetos tan curiosos como retablos de Maradona, estatuillas de madera de Berlusconi o objetos más tradicionales como piezas de pesebres, muy arraigados en Nápoles.
Otro de los atractivos más espectaculares de este barrio es la cantidad de iglesias y palacios con los que iremos topando. Si nos interesa la arquitectura o simplemente nos detenemos un momento cuando tropezamos con cualquier edificio que nos parezca interesante, en Spaccanapoli nos iremos parando cada minuto. La calle está plagada de preciosos edificios góticos, neoclásicos y barrocos, la austera Basílica de Santa Chiara, el Palacio de Sanseverino, Palacio Filomarino della Rocca o los exuberantes frescos de la Capilla del Monte di Pietá.
Aprovechando que la gastronomía también es uno de los puntos fuertes de Spaccanapoli, en la Vía Cesare Sersale está afincada L’Antica pizzería da Michele. Donde saborearemos las típicas pizzas napolitanas, la Margherita y la Marinara, el local es pequeño y austero pero sus pizzas son famosas en todo el mundo.
Castel dell’ Ovo
Delante de las costas napolitanas, sobre el islote Megaride, se erige el Castel dell’Ovo. Una fortaleza que antiguamente era usada como residencia real. Según cuenta la leyenda, el poeta Virgilio escondió un huevo en sus cimientos si este huevo fuera sacado del castillo este se derrumbaría.
Muchas culturas han utilizado como fortaleza el Castel dell’Ovo, desde los romanos, los normandos hasta los almogávares se protegieron detrás de esos gruesos muros.
Castel Nuovo
El Castel Nuovo o Maschio Angioino es un castillo situado en la Vía Santa Brigida declarado Patrimonio de la Humanidad. Este monumental castillo de gigantescos torreones cilíndricos fue construido a finales del siglo XIII y está decorado con estatuas y relieves del tardío Medievo y del renacimiento.
Catedral de Nápoles
Si ya de por sí pasar por la Catedral de Nápoles ha de ser una visita obligatoria si lo hacemos el 19 de septiembre o el primero de mayo todavía más si cabe. Ese día se celebra el milagro de San Jenaro, según parece desde hace 400 años la sangre del santo conservada en un pequeño botellín se licua. Este milagro se produce cuando la costra negruzca guardada en el susodicho botellín se vuelve líquida y recupera el color rojizo.
Este milagro es el suceso espiritual más importante de la ciudad napolitana y gente de toda la península itálica se traslada a Nápoles para poder presenciar este suceso hasta ahora inexplicable.
Viajando a Nápoles conoceremos una faceta nueva del pueblo italiano. Esta faceta es orgullosa de si misma, muy tradicional, dónde para bien y para mal se repiten los mismos hábitos durante años. Una ciudad que vive en la calle y contagia su vitalidad al viajero.
Enlaces oficiales:
http://www.comune.napoli.it/flex/cm/pages/ServeBLOB.php/L/IT/IDPagina/1
http://www.duomodinapoli.it/
http://napoles.cervantes.es/it/default.shtm