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Pueblos con encanto de Ibiza


En el artículo de hoy hablaremos de Ibiza. Pero no de esa Ibiza de fiestas y discotecas. No, la ruta que proponemos nos lleva por pueblos con encanto de Ibiza. Recorreremos la isla en busca de lugares que transmitan paz, sosiego y calma.

Datos Útiles


País:
Idioma: Español, Catalán Balear
Zona Horaria: GMT +1
Moneda: Euro
Requisitos de entrada:

   

Más allá de la ciudad de Ibiza, la isla posee un puñado de pequeños pueblos que atraen a otro tipo de turismo; un turismo al que más que por locales de moda, se siente atraído por la naturaleza, la tradición, la gastronomía y la tranquilidad que se respira en pequeñas villas y en enclaves naturales en los que diminutas calas de aguas cristalinas y de fina arena son las protagonistas.

   

Ibiza es una de las islas que junto con Mallorca, Menorca y Formentera, forman el Archipiélago de las Islas Baleares. Posee una extensión de 570 kilómetros cuadrados, lo que hace que recorrer los principales enclaves de la isla no lleve demasiado tiempo. El aeropuerto se encuentra a unos 8 kilómetros de la capital ibicenca; a partir de ahí lo ideal es recorrer la isla en coche.

   

Si nos alejamos de los lugares más turísticos de la isla, Ibiza puede convertirse en un pequeño paraíso donde es posible descubrir pequeños y encantadores pueblos en los que apenas una iglesia encalada, un bar que sirve de punto de reunión para las gentes del lugar y un pequeño conjunto de casas forman el núcleo central del pueblo. Y alrededor de estas pequeñas villas se disfruta de una naturaleza embriagadora de campos abiertos y pequeñas calas. La belleza del paisaje sólo es superada por los grandiosos atardeceres que pintan los cielos de la isla de mil colores.

   

El recorrido por los pueblos más bonitos de Ibiza nos llevará a conocer 6 pueblos de la isla que, como veremos, despertarán en el viajero un sentimiento de emoción y desconexión.

   

Santa Eulalia del Río (Santa Eulària des Riu):

   

Una buena manera de comenzar laruta por los pueblos con más encanto de Ibiza es visitandoSanta Eulalia del Rio (Santa Eulària des Riu). La población se encuentra a unos 20 kilómetros del aeropuerto, lo que la convierte en un buen lugar para comenzar el viaje.

   

Aunque se trata de la tercera localidad en importancia de la isla, lo que predomina en Santa Eulalia es la tranquilidad y la paz que se respira en las calles del pueblo y en su entorno natural.

   

Una curiosidad de Santa Eulalia del Rio (que podemos adivinar por su nombre) es que se trata de la única población de las Islas Baleares que tiene río. La importancia de este hecho hace que exista un Centro de Interpretación del río conocido como Can Planetes y que se encuentra ubicado en una antigua casa payesa.

   

El casco histórico del pueblo transmite paz y tranquilidad; sus casas blancas y la belleza de sus calles contribuyen a expandir esa sensación de desconexión. Es un buen lugar en el que sentarse a comer algo o a comprar algún suvenir. Otros lugares de interés de esta localidad ibicenca son el paseo marítimo y el puerto deportivo.

   

A las afueras de Santa Eulalia se encuentra el Puig de la Missa, un pequeño conjunto arquitectónico asentado sobre un montículo y cuyo edificio principal es una iglesia fortificada del siglo XVI que da nombre al pueblo.

   
   

San Carlos (Sant Carles de Peralta):

   

Continuamos el recorrido por la isla en dirección contraria a las manecillas del reloj y llegamos hasta San Carlos (Sant Carles de Peralta). Esta localidad del este de la isla de Ibiza se encuentra a unos 7 kilómetros de nuestro anterior destino, Santa Eulalia del Río.

   

Si algunos de los que están leyendo el artículo relacionan a Ibiza con el movimiento hippie, la localidad de San Carlos tiene buena parte de culpa de esta conexión. Y es que fue en San Carlos donde en las décadas de los 60 y 70 se asentaron grupos hippies. Antes de la llegada de las comunas hippies, allá en la década de los 50, el pueblo de San Carlos se había convertido en un destino elegido por los intelectuales; fueron muchos los que quedaron prendados por la hermosura del enclave y se instalaron aquí para crear sus obras. Por lo tanto, San Carlos siempre estará relacionada con la cultura, el arte y con aquel tipo de personas atraídos por la vida bohemia.

   

Todavía quedan en el pueblo espacios que nos recuerdan a aquella manera de ver la vida, como el marcadillo hippie de Las Dalias, que en los días y las noches de verano se disfruta de una manera especial; y el bar Anita, que recuerda a aquellos años en los que los espíritus libres tomaron el pueblo y donde es posible degustar el delicioso licor de hierbas tan famoso de la isla.

   
   

Santa Gertrudis de Fruitera:

   

Nos desplazamos al interior de la isla para conocer otro de esos pueblos de Ibiza que cautiva y seduce al visitante,Santa Gertrudis de Fruitera.

   

Santa Gertrudis de Fruitera es otra de esas localidades ibicencas en donde se respira un aroma de calma y paz, un sitio perfecto para los que buscan escaparse allá donde puedan desconectar de las preocupaciones del día a día.

   

El epicentro del pueblo es una iglesia de finales del siglo XVIII de color blanco (como no podía ser de otra manera en la isla) y campanario de un color amarillo que nos recuerda a las arenas de las calas ibicencas. Alrededor de la iglesia se extiende el pueblo de Santa Gertrudis y varias tiendas de artesanía, que dan a la localidad un aspecto algo alternativo. Algunos bares son perfectos para hacer un alto en el camino y coger fuerzas con algunas de sus propuestas, entre los que destacan los populares bocadillos del bar Costa.

   
   

San Mateo de Albarca (Sant Mateu d’Albarca):

   

El siguiente destino de nuestro viaje por la isla nos hace detener el motor del coche en un pueblo muy pequeño que se llamaSan Mateo de Albarca y que se encuentra localizado en un valle de viñedos en el noroeste de la isla.

   

A pesar de que el pueblo es realmente pequeño, no nos resistimos a bajar del vehículo y recorrer un entorno natural en el que predominan los viñedos. El vino es el motor de la zona y esto se deja ver, además de en el paisaje, en algunas bodegas que se encuentran en las proximidades del pueblo y en las cuales es posible realizar visitas guiadas; así como en la fiesta del vino que se celebra todos los años en el mes de diciembre.

   

El pueblo en sí se limita a una iglesia del siglo XVIII, con un número muy reducido de casas a su alrededor. También cuenta con algún restaurante donde catar los vinos del lugar. Una opción, tras haber conocido San Mateo, es dirigirse a alguna cala cercana al pueblo y alejada del turismo de masas.

   
   

Santa Agnés de Corona (Santa Inés):

   

Y de un pueblo localizado entre viñedos a una localidad que brota entre almendros.

   

Localizada en el área protegida de Es Amunts, dos paisajes muy diferentes entre sí justifican una visita a Santa Agnes de Corona. Por un lado, en Es Pla de la Corona se crea en los meses de enero y febrero un bello lienzo pintado con la amalgama de colores que ofrecen los almendros en flor. Por otro lado, el acantilado de Ses Balandres (también conocido como puerta del cielo) ofrece una espectacular panorámica del mar cuyo momento cumbre es cuando se produce la puesta de sol.

   

El pueblo está formado por una iglesia que lleva el nombre del pueblo y un conjunto de casas típicas de la arquitectura de la isla.

   

Recorrer las tranquilas calles del pueblo, pasear entre los almendros en flor y ver el atardecer desde el acantilado de Ses Balandres convierten la visita a Santa Agnés en una experiencia inolvidable.

   
   

Es Cubells:

   

Terminamos la ruta por los pueblos con encanto de Ibiza en el extremo sur de la isla. Allí se encuentra el pueblecito deEs Cubells, uno de los más pequeños de la isla y que, sin embargo, posee varios atractivos que hacen de él un destino imprescindible en la isla ibicenca.

   

Y es que no nos podemos perder la visita a un pueblo que se encuentra situado justo al borde de un acantilado y que cuenta con unas de las mejores vistas de Ibiza. Sólo por esta razón, merece la pena terminar el viaje en Es Cubells.

   

Otra de las razones para llegar hasta este diminuto pueblecito es su iglesia. El templo se levantó en 1864 debido a la labor del Padre carmelita Francesc Palau.

   

Pero hay más razones para acercarse hasta Es Cubells: debajo del acantilado hay varias pequeñas calas que son un reducto de paz y tranquilidad, ya que hasta aquí no suelen llegar las hordas de turistas.

   

La última razón por la que visitar este pueblo es la sensación de paz que desprende; algo que ofrecen todos y cada uno de los pueblos que hemos recorrido en la ruta que te hemos propuesto en el artículo de hoy por la isla de Ibiza.

   


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