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Viena: elegante e imperial


Elegante, imperial y con un inevitable sabor a música y a chocolate. Viena es un lujo para los sentidos y un viaje que puede resultar inolvidable. Pasear por sus calles, navegar por el Danubio, perdernos en la magia de sus palacios imperiales o disfrutar de una ópera en su magnífico teatro son solo algunas de las cosas que podemos hacer en la capital austríaca. ¿Hacemos las maletas?

Viena Viena Viena Viena
Datos Útiles


País: Austria
Idioma: Alemán
Zona Horaria: GMT +1
Moneda: Euro
Requisitos de entrada: DNI válido

Situada a orillas del Danubio, en el valle de los bosques de Viena, justo al pie de las primeras estribaciones de los Alpes, la capital austríaca es una ciudad llena de encanto y con múltiples atractivos para el visitante. Perdernos en sus calles y disfrutar con sus majestuoso edificios resulta inevitable, pero hay también una serie de cosas que no podemos perdernos si viajamos a la antigua capital de Imperio Austrohungaro. Éstas son algunas de ellas:

- Teatro de la Ópera: si nos gusta el bel canto, nada como disfrutar de una representación en la Ópera de Viena. Sin embargo, para los que no quieran o no puedan pagar por una función, el edificio de la ópera resulta igualmente una visita imprescindible. También hay que tener en cuenta que, si bien, los asientos suelen ser bastante caros, existe la opción de ver las representaciones de pie, algo que puede hacerse por un módico precio que ronda los 3-4 euros. El Teatro de la Ópera se inauguró, con una obra de Mozart, como no podía ser de otra manera, en 1869.


Se trata de un inmueble renacentista, cuyo diseño fue muy criticado, ya que no gustó a los vieneses en su estreno, lo que ocasionó el suicidio de uno de los arquitectos responsables, mientras que su compañero moriría poco después de un ataque al corazón. Ambos fallecieron antes de que se levantar por primera vez el telón. Años más tarde, en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, una bomba y un posterior incendio lo dañaron gravemente, destruyendo también centenares de decorados y elementos de gran valor. Su reconstrucción se demoró durante 10 años y el teatro reabrió sus puertas en 1955. Durante los primeros años del siglo XX fue modernizado.

- Ringstrasse: se trata de una avenida, cuya principal característica es su forma circular, que rodea el centro de la capital austríaca. Es un bulevard que se construyó en 1857 después de derribar las antiguas murallas que rodeaban Viena para dejar espacio para el crecimiento que estaba experimentado la ciudad en aquella época. Pasear por esta bella avenida es retroceder en el tiempo contemplando edificios tan bellos e importantes como el Parlamento, el Palacio Real Hofburg, la iglesia Votiva o los Museos de Historia Natural y de Historia del Arte.

- Parlamento: de estilo neoclásico, es un edificio enorme, cuya construcción se inició durante las obras de la Ringstrasse y se prolongó durante diez años, no estando terminado hasta 1875. Como pasó con la Ópera, los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial destruyeron una parte del inmueble, que tuvo que ser reconstruido y modificado en algunos puntos para hacerlo más funcional.

- Casa de Mozart: si hay un vienés ilustre (aunque nació en Salzburg), éste es, sin da, el célebre compositor Wolfang Amadeus Mozart. La casa en la que vivió junto con su familia se ha convertido en un atractivo turístico y, cada año, miles de personas pasan por esta casa museo para conocer un poco más sobre el genial músico. Situada en el número 5 de la calle Domgasse, ofrece cuatro plantas con diferentes puntos de vista sobre la vida y la obra de Mozart.

- Danubio: el célebre río que cruza el este y el centro de Europa, pasa majestuoso por Viena a través de un canal llamado Pequeño Danubio, lo que ofrece la posibilidad de realizar un tour panorámico en una de las embarcaciones para excursiones o incluso de realizar un crucero fluvial. Una ruta por el río permite una bonitas vistas del centro de la ciudad y de algunos de los edificios más emblemáticos, lo que lo convierte en una buena opción para los perezosos que quieren verlo todo sin caminar mucho o para las personas con problemas de movilidad.

- Palacio Schönbrunn: se trata de la residencia de verano de la familia imperial y su construcción se remonta al siglo XVII, es especialmente destacable su galería (donde se celebraban impresionantes banquetes) y el salón chino circular, entre otras estancias igualmente imponentes. Dada su magnificencia y sus impresionantes dimensiones, una visita guiada (con audio descripción) puede ser una excelente forma de visitarlo sin dejarse nada.

- Palacio Imperial de Hofburg y Museo de Sisi: el palacio Hofburg fue durante siglos la residencia de los Habsburgo, la familia que ostentó durante generaciones el trono imperial. Se trata de una gigantesca construcción, o mejor dicho, un conjunto de doce construcciones de diferentes épocas y estilos arquitectónicos, que actualmente acoge varios organismos e instituciones, como la Biblioteca Nacional Austríaca o la Escuela de Invierno de Equitación, entre otros. Además es la casa del jefe de la república. Sin embargo, se construyó como la residencia de la mayor parte de la realeza austríaca y entre sus célebres habitantes se encontraba la famosa Emperatriz Sisí, mundialmente famosa por su belleza, extrema delgadez y melancolía. En el conjunto de edificios del palacio, puede visitarse también el
museo dedicado a su figura.

- Palacio Beldevere: la que fuera residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya es una hermosa construcción que merece una visita por sus bellos jardines y por su magnifica estampa. Sin embargo, sólo unas pocas estancias del interior se han mantenido decoradas como un palacio, mientras que el resto cumplen las funciones de un museo, sin decoración ni ornamentos.


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