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5 barrios bohemios de Europa


Posiblemente, en el mapa que tienes en tu habitación con los lugares que has visitado, hay ya chinchetas puestas en los cinco destinos de los que hablaremos en este artículo. Sin embargo, no estamos tan convencidos de que hayas ya visitado los barrios más bohemios de estas importantes ciudades de Europa: el barrio del Born en Barcelona, Montmartre en París, Prenzlauer Berg en Berlín, Malasaña en Madrid y el barrio de Chiado en Lisboa.

Datos Útiles


País: España, Francia, Alemania...
Idioma: Español, Francés, Alemán ...
Zona Horaria: GMT +1
Moneda: Euro
Requisitos de entrada: DNI Válido


El término “bohemio” proviene del tipo de vida que llevaban los gitanos que vivían en la región de Bohemia, en la República Checa. El vocablo se ha usado para describir a aquellas personas o a aquella forma de vida que se sale de la norma, que no sigue las pautas establecidas por la sociedad; sobre todo, la palabra es utilizada para referirse a los artistas. A muchos escritores, pintores o poetas se les ha tachado siempre de llevar una “vida bohemia”.

Cada uno de estos barrios bohemios del viejo continente son bohemios a su manera. Así, si tomamos el término bohemio en su acepción más pura, el barrio de Montmartre de París es el que mejor refleja la vida bohemia. Sin embargo, la imagen que mejor define el estilo de vida bohemio del barrio de Chiado, en Lisboa, es la de varios escritores reunidos en un viejo café de comienzos del siglo XX, discutiendo sobre sus escritos y poemas. En cambio, el barrio de Malasaña de Madrid refleja un estilo de vida que podíamos denominar “hípster”, repleto de lugares y espacios que se salen de la norma.

BARRIO DEL BORN (BARCELONA)

El Arco del triunfo, el Parque de la Ciudadela y la Via Laietana delimitan un barrio que tiene al paseo del Born como su centro neurálgico. Allí se encuentra la sobria iglesia de Santa María del Mar, uno de los símbolos del barrio. El paseo del Born es un buen punto de partida para conocer uno de los barrios más bohemios de la ciudad condal, o por lo menos así lo piensan las hordas de turistas que cada día recorren, como un ejército de hormigas, las callejuelas medievales de este popular barrio barcelonés.

El ambiente mediterráneo y medieval del Born ha seducido desde comienzos del siglo XX a artistas que veían en este barrio un buen lugar donde encontrar inspiración para crear sus obras. Estamos en el siglo XXI y el Born sigue atrayendo a las nuevas generaciones de artistas que buscan entre sus viejas paredes medievales un lugar en el que mostrar su creatividad.

Un recorrido por el barrio nos lleva a descubrir pequeñas tiendas de ropa de nuevos diseñadores que, sin ningún complejo, muestran orgullosos sus ideas y creaciones. A veces, recorriendo callejuelas del Born vacías (sí, todavía hay lugares en el Born que no están conquistados por las masas de turistas) y con mucho encanto, encontramos a jóvenes trabajando el metal, el cristal o el cuero, recordando así a los viejos gremios del barrio.

Pero en el barrio también hay sitios para el ocio. Entre locales de toda la vida como el Xampanyet, aparecen nuevos y modernos restaurantes que cambian las tapas de toda la vida por propuestas más vanguardistas. Por la noche, es de nuevo en el paseo del Born donde los jóvenes con espíritu bohemio se reúnen a tomar la última copa.



MONTMARTRE (PARÍS)

Sin duda, Montmartre es el barrio más bohemio de Europa.

La Basílica del Sagrado Corazón preside, desde lo alto de una colina, el barrio de Montmartre y la ciudad de París. Este es uno de los edificios más importantes de la ciudad, levantado entre dos guerras, la franco-prusiana y la Primera guerra mundial. Muchos son los turistas que ascienden, peldaño a peldaño, hasta uno de los símbolos de Montmartre. Desde allí, comienza un recorrido por un lugar que fue tomado, desde finales del siglo XIX y comienzos del XX, por grandes pintores y por artistas de menor valía que tenían una cosa en común: un estilo de vida bohemio.

Así es, gigantes de la pintura como Renoir, Picasso o Degás descubrieron en Montmartre un lugar perfecto para llevar a cabo su estilo de vida y para crear grandes obras. En la Plaza de los pintores o Place du Tertre muchos artistas, que han encontrado en la pintura su forma de vida, instalan sus lienzos y dibujan a turistas que ven en este lugar un buen sitio donde hacerse con un recuerdo que llevar a casa. Alrededor de la plaza, cafeterías y bares de estilo bohemio esperan a esos turistas para ofrecerles un café o una crepe.

De la época en la que Montmartre era un simple pueblecito donde se molía el grano para conseguir la harina que abastecía a la ciudad de París, quedan dos molinos: el Moulin Radet y Le Moulin de la Galette, famoso por el cuadro que pintó Renoir.

En la parte baja, tiendas eróticas y clubs muestran la parte más golfa del barrio. Una visita a Montmartre no estaría completa sin cenar y disfrutar de las actuaciones que ofrece el mítico Moulin Rouge.



PRENZLAUER BERG (BERLÍN)

Si Berlín siempre ha estado en el imaginario del turista como “la ciudad más alternativa de Europa” es por barrios como Prenzlauer Berg; a pesar de que este barrio se haya transformado y haya pasado de ser ese barrio gamberro, punk y diferente que había vivido en la parte este de la ciudad, detrás del muro, a un barrio donde ahora lo que se lleva es un estilo de vida familiar.

Sin embargo, y entre nuevas propuestas que tiran a lo chic, donde lo orgánico y la cultura de lo saludable se imponen a otras tendencias, todavía quedan lugares que justifican el título de Berlín como “ciudad más alternativa de Europa”.

Dos son los lugares que mejor reflejan ese estilo alternativo y “cultureta” de la capital alemana. El primero de ellos es laKulturbrauerei, una antigua fábrica de cervezas cuyos patios y edificios sirven hoy en día como espacios donde se desarrollan numerosas actividades culturales y de ocio, desde mercadillos hasta conciertos y representaciones teatrales. Esto durante el día, porque la Kulturbrauerei se transforma por las noches y se convierte en el último reducto del barrio donde estar “hasta las tantas” tomando algo.

El segundo lugar que refleja el ambiente bohemio del barrio es el mercadillo de Mauerpark, quizás uno de los mercadillos urbanos más famosos de Europa y donde es posible encontrar artículos originales de segunda mano. Los domingos se llena para disfrutar de su original sesión de karaoke.

Kastanienallee siempre fue el centro neurálgico del barrio, aunque a día de hoy este se está moviendo a otros lugares, como las plazas de Helmholplatz y Kollwitzplatz. Sin embargo, Kastanienallee todavía se mantiene como calle de referencia en donde encontrar las delicias culinarias de todo el mundo.



MALASAÑA (MADRID)

Nada tiene que ver el estilo bohemio de Montmartre con el estilo bohemio de Malasaña. Montmartre era el corazón artístico de París, Malasaña es el corazón del mundo hipster y alternativo de Madrid. Se podría decir que Malasaña es bohemio a su manera. Y distinto también, pero a su manera.

En su día fue el lugar donde se vivía la movida madrileña, hoy es un barrio donde casi cada día se abren nuevos locales que ofrecen propuestas de lo más vanguardistas: tiendas de ropa donde se venden las prendas al peso, locales donde es posible encontrar artículos retro, nuevos bares cuyas propuestas de desayuno se centran en brunchs saludables, modernas barberías con una decoración singular, galerías de arte, mercadillos con encanto donde encontrar lo último en…

Malasaña se encuentra entre la Gran Vía, San Bernardo y Fuencarral. Debe su nombre a Manuela Malasaña, una joven heroína que se levantó contra las tropas de Napoleón en el levantamiento del 2 de mayo. Precisamente, la Plaza dos de mayo es el corazón del barrio y la que mejor muestra el estilo bohemio y alternativo de Malasaña.

Y entre tanto espacio moderno, cultural y de estética hípster todavía sobreviven algunos de esos lugares de los de toda la vida; locales como El Palentino, uno de los locales míticos de la ciudad que ha reabierto tras un pequeño parón y que no se ha dejado amedrentar por los cantos de sirena de las propuestas más vanguardistas que se han instalado en Malasaña.



CHIADO (LISBOA)

Ni dos grandes desastres como el gran terremoto de 1755 y el incendio de 1988 han podido con el barrio más bohemio de una de las ciudades más bohemias de Europa.

El barrio de Chiado nos lleva a pensar en un término que sólo entienden los portugueses: saudade. El Chiado nos transporta a los primeros años del siglo XX, cuando abrieron en el barrio lugares como el Café A Brasileira, donde se reunían los escritores, poetas e intelectuales de la época a discutir sobre pasiones, vida y literatura. En la puerta de este café todavía se encuentra sentado Fernando Pessoa esperando, quien sabe, si a la llegada de nuevos artistas que le saquen de ese estado de melancolía que inundó la vida del genio portugués.

La vida literaria está estrechamente vinculada con Chiado. No es de extrañar que en sus calles se encuentre la librería más antigua del mundo, la Librería Bertrand. Fueron dos franceses los que, en el año 1732, abrieron las puertas de esta librería. Ni el enorme terremoto de 1755 pudo con el sueño de estos dos emprendedores franceses. A día de hoy es un punto de visita obligado en el Chiado.

También es punto de visita obligado el Convento do Carmo o, mejor dicho, las ruinas del Convento do Carmo. Posiblemente, y aún estando en ruinas, sea el monumento más importante del Chiado. Fue uno de los lugares que padeció la furia del intenso terremoto de 1755; se decidió que no sería reconstruido como muestra de lo que pasó allí aquel día de los santos de 1755. Hoy acoge el Museo arqueológico.

Respirar el ambiente bohemio y literato de los cafés del Chiado es, probablemente, una de las experiencias más especiales que vivir en la ciudad lisboeta.



 


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