Además de por la figura de la reina católica, Madrigal de las Altas Torres y Medina del Campo tienen en común que ambas fueron núcleos históricos importantes en la edad media y que poseen un valioso conjunto monumental. Sin embargo, recorriendo sus calles descubriremos sus diferencias, sus particularidades, sus distintas personalidades. Algunos de sus rincones envuelven al viajero en un halo de historia, de acontecimientos claves en la historia de España. Nos lanzamos a realizar una ruta por las localidades que vieron nacer y morir a Isabel la Católica: Madrigal de las Altas Torres y Medina del Campo.

Qué ver en Madrigal de las Altas Torres

En el norte de la provincia de Ávila, entre los extensos parajes de la meseta castellana, se encuentra la localidad de Madrigal de las Altas Torres, lugar que vio nacer a una figura histórica de la talla de Isabel la Católica, además de haber sido escenario de otros hechos significativos.

Convento Agustino de Extramuros

Antes de atravesar las murallas de Madrigal de las Altas Torres, nos llama la atención un monumento de enormes dimensiones. Se trata del Convento Agustino de Extramuros de Madrigal. Aunque hoy en día no es más que un conjunto de ruinas, se adivina que esta construcción tuvo que ser verdaderamente importante en el pasado. Sus dimensiones, más de 50000 metros cuadrados, los restos que aún quedan hoy en pie, y acontecimientos como que en él murió el gran Fray Luis de León, nos dan pistas de su relevancia en el pasado. Su ubicación y el silencio de sus ruinas lo convierten en uno de esos lugares de la amplia meseta castellana que transmiten paz y sosiego.

Murallas

La peculiaridad de las murallas de Madrigal es que se trata de una estructura militar mudéjar, algo que no es muy habitual (a pesar de que esta zona es rica en monumentos representativos de este estilo arquitectónico). Se trata de unas murallas medievales que en sus mejores tiempos recorrían y rodeaban la población, contando con numerosos elementos característicos de este tipo de construcciones como torres defensivas y puertas de acceso, concretamente cuatro, destacando la magnífica Puerta de Cantalapiedra.

Plaza del Cristo

Las construcciones que se encuentran en esta plaza son las que nos hablan de una manera más directa de la importancia histórica de la localidad abulense.

Real Hospital de la Purísima Concepción: Doña María de Aragón, quien fuera la primera mujer del rey Juan II, fue la responsable de que se levantara el Real Hospital de la Purísima Concepción en Madrigal. Fue construido en el siglo XV, en estilo mudéjar, y su principal función era la de dar cobijo a personas desfavorecidas. En la actualidad, el edificio acoge espacios como el Museo Vasco de Quiroga o el Centro de Interpretación de la Naturaleza.

Palacio de Juan II: Pero si hay un lugar en Madrigal de las Altas Torres que ha sido testigo de acontecimientos históricos importantes ese es, sin duda, el Palacio de Juan II (o Convento de Nuestra Señora de Gracia). Fue aquí donde se estableció la corte entre los años 1424 y 1497 y donde nació Isabel la Católica un 22 de abril del año 1451. Hoy en día, es posible visitar la habitación donde nació la ilustre reina. Unos años después, sería el rey Carlos I quien regalaría el palacio a las madres agustinas.

Iglesia de San Nicolás de Bari

Entre los edificios religiosos de Madrigal de las Altas Torres destaca la Iglesia de San Nicolás de Bari, del siglo XV. Edificio mudéjar en el que destaca su altísima torre de más de 70 metros de altura. En el interior está la pila donde fue bautizada la reina.

Bodega de los Frailes

Una visita diferente en Madrigal puede ser acercarse a la Bodega de los Frailes, un lugar histórico que nos recuerda la importancia del vino en estas tierras pertenecientes a la D.O. de Rueda. Fueron los frailes del Convento de San Agustín quien adaptaron una bodega anterior para almacenar la amplísima producción de sus viñedos.

Qué ver en Medina del Campo

Y del lugar que vio nacer a Isabel la Católica, viajamos hasta el que vio morir a la reina. Medina del Campo, ya en la provincia vallisoletana, fue un centro de gran prestigio en la edad media, como lo demuestra el hecho de que aquí se celebrase una de las ferias más importantes del mundo.

Castillo de la Mota

Sin duda, el Castillo de la Mota es el principal monumento que hay que visitar en Medina del Campo. Sobre un pequeño cerro a la entrada del pueblo se encuentra este majestuoso castillo construido en ladrillo y que ha sido testigo de importantes hechos históricos. Posee dos recintos y varios elementos destacados como las galerías subterráneas, el curioso pozo llamado “la pudridera”, el Patio de Armas, la imponente Torre del Homenaje de 38 metros de altura y una capilla de estilo románico-mudéjar. Uno de los usos que ha tenido fue el de prisión real.

Plaza Mayor

Desde el famoso Castillo de la Mota nos desplazamos al segundo de los puntos importantes de la localidad vallisoletana: la Plaza Mayor. Una plaza que sorprende al viajero por sus enormes dimensiones, una de las más grandes de España, siendo el lugar en el que se celebraban aquellas ferias medievales tan importantes para Medina del Campo. En este enorme espacio encontramos algunas de las construcciones más destacadas de la ciudad:

Palacio Real Testamentario: Edificio de gran valor histórico por ser aquí donde vivió sus últimos días y donde murió en el año 1504 Isabel la Católica. Hoy en día se puede recorrer el edificio y conocer como fue la vida de la reina gracias al Centro de Interpretación Isabel la Católica.

Colegiata de San Antolín: El otro gran edificio de la plaza es la Colegiata de San Antolín, magnífico templo de estilo gótico del siglo XVI. En el exterior destaca el Balcón del Pópulo, lugar desde donde se oficiaban misas los días de feria. En el interior, el retablo mayor.

Otros monumentos importantes que hay en la plaza son la Casa del Peso, del siglo XVII, el ayuntamiento y la Casa de los Arcos.

Además de el Castillo de la Mota y de la Plaza Mayor, la lista de construcciones importantes de Medina del Campo es muy amplia: las Reales Carnicerías, del XVI y que acoge el Mercado de Abastos; las Iglesias de San Miguel y de San Martín, sede esta última del Museo de las Ferias; el Monasterio de Santa Clara; los Palacios del Almirante y del Marqués de Falces; el Convento de los Padres Carmelitas; o el Balneario de Las Salinas, son algunos de los monumentos imprescindibles que ver en la localidad vallisoletana.