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Qué ver en Calatañazor, pequeño y encantador pueblecito soriano


¿Puede un pueblecito de apenas 50 habitantes convertirse en un destino inolvidable para el viajero? La respuesta es sí. Y seguro que te convenceremos de lo que decimos después de que leas este artículo sobre todo lo que hay que ver en Calatañazor, pueblo de la provincia soriana pequeño en extensión pero de una belleza inigualable.

Calatañazor Calatañazor Calatañazor Calatañazor
Datos Útiles


País: España
Idioma: Español
Zona Horaria: GMT +1
Moneda: Euro
Requisitos de entrada:

Lugares que no hay que perderse en Calatañazor

Tras la locura de los días de verano, parece que los primeros días del otoño y sus suaves temperaturas animan a descubrir pueblos pequeños y tranquilos de nuestra geografía que nos permitan desconectar y bajar pulsaciones. Precisamente, todas esas premisas las encontramos en Calatañazor y en su precioso entorno natural. A continuación te contamos como un paseo por este encantador pueblo soriano logrará transportarte por unas horas a la Edad Media y que disfrutes de un rato de paz y tranquilidad.

Un recorrido por las calles de Calatañazor

Lo primero con que nos quedamos al llegar a Calatañazor es con su ubicación en lo alto de un pequeño cerro que ha sido perfilado por las aguas del río Milanos. Una vieja muralla integrada en la roca nos habla de tiempos pretéritos y de batallas entre las tropas cristianas y musulmanas. Una vez que pongamos el pie en él nos daremos rápidamente cuenta de que se trata de un pueblo realmente pequeño. Su fisionomía se puede resumir en una calle principal, la calle Real, y algunas pequeñas callejuelas y plazas que secundan a la arteria principal.

Pero mientras caminamos por las callecitas estrechas y empedradas de Calatañazor, pronto nos envolverá su característico aroma medieval que nos remite a un pasado en el que suena con fuerza el nombre de Almanzor, ya que se cree que pudo ser por estas tierras donde tuvo lugar en el año 1002 una de las batallas claves de la reconquista, que supuso la primera gran derrota para las tropas musulmanas (que contaban con un ejército más numeroso) y para Almanzor (aunque al no haber pruebas de la batalla, no se sabe a ciencia cierta si fue real o se trata solo de una leyenda). Quizá alguno, al oír el nombre del famoso caudillo musulmán, se dedique a buscar por los bellos rincones de la localidad su famoso tambor, que daría pie al conocido dicho “Calatañazor donde Almanzor perdió el tambor”.

Aunque mejor es levantar bien la cabeza para no perdernos ningún detalle de las imponentes casas de Calatañazor, sin duda, el sello de identidad de la villa y las responsables de que esté considerado como uno de los pueblos más bonitos de Soria. Sus recias fachadas de piedra y adobe han tenido que soportar los envites de muchos crudos inviernos sorianos. Sin embargo, al observar el humo que sale de las chimeneas de las casas, uno se imagina en su interior a los vecinos del pueblo cocinando los contundentes y deliciosos platos de la tierra. Y será entonces cuando nos percatemos de las curiosas formas de las chimeneas de las casas de este pueblo: cónicas, construidas con tejas superpuestas y con un remate metálico, que las convierten en una de las protagonistas de la arquitectura local.

La Plaza Mayor y su rollo

Hemos quedado maravillados por la estampa que nos deja la Calle Real con sus casas de adobe y piedra con entramados de madera y sus curiosas chimeneas. Tras hacer alguna parada para tomar algo, llega la hora de visitar la Plaza Mayor de Calatañazor, una rara avis entre las plazas castellanas, ya que es de forma triangular. Lo que más nos llamará la atención en este espacio es una columna de piedra. Se trata de un rollo jurisdiccional, elemento en el que en la Edad Media se ataba a quienes infringían las leyes para juzgarles y que sufrieran el escarnio y las burlas de los vecinos.

Iglesia de Santa María del Castillo

Algunos monumentos vienen a sumarse al encanto de la localidad. Es el caso de la Iglesia de Santa María del Castillo, templo románico levantado en el siglo XII con ampliaciones y remodelaciones en siglos posteriores. En el exterior destaca su portada. Junto a ella hay un museo y un pequeño cementerio. Además de la iglesia, a la entrada del pueblo existe una pequeña construcción religiosa llamada Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, también románica del XII.

Castillo de los Padilla

Llega el momento de tomar aire y subir a la parte alta de la localidad. Allí, en el mismo lugar que el que siglos atrás había existido una fortaleza árabe, se encuentra el Castillo de Calatañazor o Castillo de los Padilla. De él apenas quedan unas pocas ruinas que se aferran con uñas y dientes a la roca y la Torre del Homenaje. Ascendemos por ella y nos quedamos boquiabiertos con la maravillosa estampa del paisaje soriano que se vislumbra desde lo alto de la torre y con la imagen de varios buitres leonados sobrevolando el peñasco rocoso.

Palomar de Calatañazor

Los palomares son construcciones típicas castellanas, muy habituales en provincias como Valladolid o Palencia. Por eso, nada mejor que terminar la visita a Calatañazor que comiendo en un palomar que ha sido reconvertido en restaurante. En él podremos conocer de primera mano cómo son los palomares por dentro mientras disfrutamos de los deliciosos platos de la gastronomía local.

Alrededores de Calatañazor

Una vez que nos hemos dejado envolver por el encanto medieval de Calatañazor, es el momento de descubrir los hermosos parajes que esconde el entorno natural de la localidad. Concretamente hay dos lugares que no podemos perdernos: el Sabinar de Calatañazor y La Fuentona de Muriel.

Sabinar de Calatañazor: A las afueras de Calatañazor, a apenas 3 kilómetros del pueblo se encuentra el Sabinar de Calatañazor, una reserva natural plagada de sabinas (se dice que es el sabinar más denso de Europa), que llaman la atención tanto por el tamaño de estos árboles (algunos llegan a los 20 metros de altura), como por su antigüedad (son los árboles de esta especie más antiguos de la península). Caminar por entre las sabinas mientras respiramos aire puro nos permitirá desconectar y disfrutar durante un rato de la calma y el sosiego que sin duda transmite este lugar.

La Fuentona de Muriel: Un poquito más alejado de Calatañazor se encuentra la Fuentona de Muriel. Un sendero corto y sencillo nos conduce hasta algunos de los puntos más bonitos de la zona: un pequeño lago testigo del nacimiento del río Abión y una cascada. El lugar ha sido declarado Monumento Nacional.


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