La “Ruta de las Caras” es naturaleza porque transcurre por hermosos parajes conquenses, en los que son protagonistas los pinares y las aguas turquesas del embalse de Buendía. Un recorrido que permite la práctica del senderismo mientras llenamos los pulmones de aire puro.

La “Ruta de las Caras” de Buendía es museo porque en el recorrido que nos propone veremos cómo han sido esculpidas en rocas areniscas un conjunto de esculturas con caras y otros símbolos.

Como si de dos buenos amigos se tratase, naturaleza y arte se buscan en la población conquense de Buendía para ofrecer al viajero un plan inmejorable cuando se acerca el buen tiempo. 

¿Cuál es el origen de la “Ruta de las Caras”?

El nacimiento de las “Ruta de las Caras” de Buendía se lo debemos a Jorge Juan Maldonado y a Eulogio Reguillo, artistas que en el año 1992 decidieron aprovechar las grandes rocas areniscas que se formaron junto al pantano de Buendía para esculpir un conjunto de caras y otros símbolos en ellas. Desde aquel año, son 18 las imágenes que se pueden ver en estos momentos talladas junto al embalse.

¿Cómo llegar hasta la ruta?

Buendía se sitúa al norte de la provincia de Cuenca. Se encuentra a una hora y media, aproximadamente, de la ciudad de Cuenca; a una hora de Guadalajara; y a 1 hora y 45 minutos de Madrid.

En una pequeña península creada por el pantano de Buendía, se localiza la “Ruta de las Caras”. Es posible llegar hasta el lugar en coche y dejarlo en el parking que hay a la entrada de la ruta; o podemos dejar el coche en Buendía, aprovechar para ver el pueblo (merece la pena su plaza mayor) y acercarnos a pie hasta el punto exacto donde da comienzo el camino que nos guía entre las famosas esculturas. La distancia entre Buendía y el parking y merendero que se encuentran junto al acceso de la “Ruta de las Caras” es de 4 kms. Sin embargo, la belleza del lugar invita a recorrer esa distancia a pie e ir entrando en contacto con un paisaje rodeado de pinos y de las aguas del embalse.

La ruta de las Caras de Buendía

Es una auténtica delicia pasear tranquilamente entre las distintas esculturas esculpidas en las piedras, bajo las copas de los pinos, y con la compañía continua del embalse de Buendía, en los primeros días de buen tiempo del año. Se trata de una ruta circular con una dificultad fácil (la “Ruta de las Caras” se puede realizar con niños), y de poca pendiente. Realizar el recorrido nos llevará media hora, aproximadamente.

Como hemos comentado, el acceso a la ruta está junto a un merendero que invita a llevarse unas viandas y disfrutar de la naturaleza mientras llenamos la panza. La senda está perfectamente señalizada y nos guía entre 18 esculturas talladas con caras y otros símbolos e imágenes; muchas de ellas con cierta carga mística e inspirados en el mundo de las creencias hinduistas y budistas.

Tras recorrer la “Ruta de las Caras”, tenemos varias opciones y planes para hacer que van desde parar a comer algo en el merendero o visitar el pueblo de Buendía; descubrir las bellezas que nos brinda el entorno, como el embalse de Entrepeñas o el Parque Natural de la Serranía de Cuenca; hasta visitar los pueblos más bonitos de la provincia de Cuenca. Incluso en verano es posible darse un buen chapuzón en el mismo embalse de Buendía. 

¿Cuáles son las caras y símbolos que se han esculpido en las rocas?

Desde que en 1992 se talló en una de las rocas la primera de las caras de la ruta, son 18 las rocas que forman la “Ruta de las Caras” de Buendía. Los tamaños de las esculturas son variables, algunas no llegan hasta el medio metro y otras superan los cuatro metros. Se puede dividir el itinerario en tres partes y cada tramo cuenta con un número diferente de esculturas.

Primer parte del itinerario: En esta primera parte se pueden distinguir hasta siete tallas: “La moneda de la vida”, “Cruz templaria”, “Krishna”, “Maitreya”, “Arjuna”, “La espiral del brujo” y “Chemary”.

Segunda parte del itinerario: En total, serían ocho las imágenes que podemos ver en este tramo: “La monja”, “Chamán”, “Beethoven”, “El paleto”, “El Duende indio”, “El Duende de la grieta”, “De muerte” y la “Dama del pantano”.

Tercera parte del itinerario: En la última parte del itinerario podemos disfrutar de tres esculturas: “La Cruz del Temple”, “La Virgen de la Flor de Lis” y “La Virgen de las Caras”.

De todas ellas, la que más llama la atención es la conocida con el nombre de “De Muerte”, una roca en la que ha sido esculpida una enorme calavera. Esta talla llama la atención no sólo por la temática que aborda, sino también por la ubicación en la que se encuentra, en lo alto de un pequeño promontorio rocoso, y porque junto a él hay un mirador con hermosas vistas del embalse.