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Qué ver en Rocamadour


Rocamadour es un lugar muy especial por varios motivos, pero el principal es que este idílico pueblo francés no se visita en horizontal sino en vertical. Para poder disfrutar de todo lo que hay que ver en Rocamadour, debemos hacerlo ascendiendo o descendiendo por una roca. Un primer vistazo a la estructura del pueblo nos permitirá comprender mejor este pequeño enigma.

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Datos Útiles


País: Francia
Idioma: Francés
Zona Horaria: GMT +1
Moneda: Euro
Requisitos de entrada:

Estructura de Rocamadour

Rocamadour es uno de esos pueblos que se asientan sobre lugares increíbles. Creado en la pared de un acantilado sobre las aguas del río Alzou, esta inolvidable localidad francesa está formada por tres espacios claramente diferenciados, uno encima del otro. Cada una de esas alturas esconde un tesoro en forma de monumento y se encuentran comunicadas mediante escaleras. Así, en el nivel superior se sitúa el castillo; en el nivel medio, el santuario; la parte inferior está tomada por el pueblo en sí o Cité. El castillo se encuentra comunicado con la zona del santuario por el Camino de la Cruz. A su vez, el santuario se une a la Cité gracias a la Gran Escalera. Aquel que lo necesite, puede salvar estos dos tramos ascendentes gracias a dos ascensores. A continuación iremos desgranando cada parte de esta estructura con el fin de conocer más en profundidad que hay que ver en Rocamadour.

Lugares más importantes que ver en Rocamadour

Este pueblo creado en una roca de más de 120 metros de altura se encuentra situado en el sur de Francia, en la región de Occitania y, por su singular belleza, se ha convertido en uno de los lugares más visitados del país galo. Además de multitud de turistas, la villa acoge también a un gran número de peregrinos que realizan el Camino de Santiago por tierras francesas y que se detienen en Rocamadour para honrar a su Virgen Negra.

Castillo de Rocamadour

La parte superior de la roca está ocupada por el castillo. Aunque solo es posible acceder a la muralla, merece la pena comenzar la visita a Rocamadour en él por las preciosas vistas que nos regala. Para llegar al siguiente nivel, donde encontraremos el complejo del santuario, podemos tomar el ascensor o descender por el Camino de la Cruz (Chemin de Croix), bonito sendero adornado con varias figuras del Vía Crucis de Jesucristo.

Los Santuarios

Da igual si bajamos en ascensor o por el Camino de la Cruz, lo que está claro es que la siguiente visita, la de los Santuarios, es uno de los imprescindibles que hay que ver en Rocamadour. Este segundo nivel de la localidad está ocupado por una plaza que da acceso a varias iglesias y capillas, la mayoría del siglo XII. Las construcciones más importantes del complejo religioso son la Basílica de San Salvador y la Cripta de San Amador (santo que da nombre al pueblo), declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En la Capilla de Notre Dame se encuentra la Virgen Negra, imagen responsable de que un gran número de peregrinos se acerquen hasta Rocamadour con el fin de honrar a la virgen. El lugar por tener tiene hasta su propia leyenda, la de la famosa espada de Durandal, que se dice que fue clavada por Roldán en la roca al lanzarla desde una enorme distancia con el objetivo de que no fuera tomada por sus enemigos. Para llegar desde los santuarios hasta el casco antiguo de la villa podemos tomar un nuevo ascensor o bajar por los 216 peldaños que componen la Gran Escalera, la misma que toman los peregrinos para acceder hasta el Santuario desde el casco viejo.

Casco viejo de Rocamadour o Cité

Por fin llegó el momento de poner los pies en el suelo. Tras haber disfrutado de todos los secretos que esconde esta roca maravillosa, llegamos a la parte baja de Rocamadour donde se encuentra el casco antiguo (conocido como Cité). Realmente recorrer esta parte de la villa francesa no nos llevará demasiado tiempo, ya que es muy pequeña. Sus lugares de interés son varias puertas medievales, entre las que llama la atención la Porte du Figuier, y la calle principal, Roland le Preux, que invita a recorrerla con tranquilidad y a hacer un alto en el camino para tomar un café o llenar el estómago en alguno de sus bares y restaurantes.

Mirador de L’Hospitalet

Siempre aconsejamos en nuestras rutas comenzar o terminar la visita a un lugar desde alguno de sus miradores, si esto es posible. Como puedes imaginar, en un pueblo que se asienta en la vertical de una roca, los puntos panorámicos que nos regalan vistas increíbles son numerosos. Sin embargo, el mirador que recomiendan la mayor parte de los viajeros se encuentra antes de entrar en Rocamadour, y se le conoce como Mirador de L’Hospitalet, llamado así por encontrarse en este lugar. La postal del pueblo desde este mirador es simplemente deliciosa.

En definitiva, Rocamadour puede convertirse en una opción ideal para aquellos que estén buscando lugares diferentes y con mucho encanto en el país vecino.


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