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El Valle del Jerte


Un enorme manto blanco cubre el Valle del Jerte cuando llega la primavera. Y no se trata de nieve. Es en primavera cuando se produce el momento de la floración en el Valle del Jerte y millones de cerezos en flor explotan como si de fuegos artificiales se tratasen, dejando una estampa bellísima en la comarca cacereña.

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Datos Útiles


País: España
Idioma: Español
Zona Horaria: GMT +1
Moneda: Euro
Requisitos de entrada: DNI válido

El río Jerte da nombre al valle y es el encargado de vertebrar esta zona serrana del norte de la provincia de Cáceres. Sin duda, en el Valle del Jerte la cereza es la protagonista, sin embargo, cada vez son más las personas que se deciden por hacer turismo rural por el Valle del Jerte para descubrir magníficos parajes naturales donde predominan el cerezo, el roble y el castaño, y donde bruscos accidentes geográficos se combinan con elementos creados por la mano del hombre. Junto a ellos, varios pueblos se encargan de mostrar al visitante cómo es la arquitectura típica del lugar.

 

¿Qué ver en el Valle del Jerte?

Sin duda, ver el Valle del Jerte cuando están los cerezos en flor, es el deseo y el objetivo de la mayoría de los turistas que se acercan en primavera a la comarca cacereña. Pero el valle esconde otros muchos tesoros, tanto naturales como creados por la mano del hombre, que merecen la pena ser descubiertos.

La naturaleza nos regala imágenes inolvidables en el Valle del Jerte, algo que es posible confirmar desde algunos de los miradores más famosos de la zona como el famoso Mirador del Puerto de Tornavacas. El Puerto de Honduras, que con sus 1450 metros de altura se convierte en otro mirador natural que ofrece bellísimas panorámicas, se antoja perfecto para caminar entre bosques de castaños y robles. Pero sin duda, si hay un paisaje que consigue dejar al viajero con la boca abierta en el Valle del Jerte ese es la Garganta de los Infiernos y las piscinas naturales que forman Los Pilones, de los cuales hablaremos más adelante. Algunas rutas de senderismo se adentran por estos paisajes cacereños, obligando al viajero a calzarse las botas de montaña.

Pero el hombre, a lo largo de los siglos, también se ha empeñado en dejar su marca por estas tierras y así, entre los parajes naturales del Valle del Jerte, se asoman desde castros celtas a calzadas y puentes romanos, pasando por caminos medievales o algunas construcciones pastoriles llamadas “Chozas”.

 

La flora y fauna

Como no podía ser de otra manera la flora y la fauna del valle es abundante y variada.

En cuanto a la flora, además de los ya mencionados cerezos, castaños y robles, encontramos otras especies como madroños, espinos, majuelos, helechos y orquídeas. Si nos acercamos al cauce del rio Jerte tenemos 3 especies que buscan la humedad para desarrollarse, como son el sauce, el aliso y el fresno.

Si hablamos de la fauna, multitud de especies habitan los parajes del Valle del Jerte. Es posible avistar felinos como el gato montés. También podemos encontrar diferentes especies de mariposas y disfrutar de los combates de los ciervos voladores machos. En las aguas del rio Jerte, la trucha es la que reina entre los demás animales acuáticos, aunque tenemos también la posibilidad de encontrar salamandras y tritones. Además, los cielos del valle son tomados por las imponentes figuras de las águilas reales y los buitres leonados, creando escenas que no se quiere perder el búho real.

 

Pueblos del Valle del Jerte

Quizás te preguntes cuántos son los pueblos del Valle del Jerte. Pues bien, son once las localidades que se asientan en el valle: Jerte, Las Casas del Castañar, Cabezuela del Valle, El Torno, Cabrero, Navaconcejo, Barrado, Rebollar, Piornal, Tornavacas y Valdestillas.

Para aquel que disponga de suficiente tiempo para visitar el Valle del Jerte, le recomendamos descubrir cada uno de estos once pueblos, pues sólo así podrá conocer la arquitectura tradicional de esta tierra y conocer a sus gentes y sus costumbres. Sin embargo, para aquel viajero que no disponga de mucho tiempo, puede reducir la visita a estos cuatro pueblos:

 

Cabezuela del Valle: Imprescindible es la visita a Cabezuela del Valle, pueblo que ha sido declarado Conjunto Histórico – Artístico. Además de la iglesia de San Miguel Arcángel y varias ermitas como la de San Felipe, cuenta el pueblo con una zona denominada “La aldea”, conjunto de casas típicas y callejuelas estrechas. Otra excusa para acercarse al pueblo es el Museo de la Cereza, espacio dedicado al producto más importante del Valle del Jerte y donde se puede conocer más sobre como se trabaja este producto en la zona.

Casas del Castañar: En la Sierra de San Bernabé se encuentra Casas del Castañar, buen ejemplo de la arquitectura tradicional de la zona. Aquí encontraremos importantes vestigios del pasado como el Castro Celta de Villavieja, los restos del antiguo poblado de Las Asperillas, o los del Puente Romano. En los alrededores del pueblo, el paisaje invita a hacer una ruta de senderismo a la sombre de los castaños.

El Torno: El Torno es uno de esos lugares del Valle del Jerte donde encontramos antiguas construcciones pastoriles llamadas “Chozas”. Además, la propia localidad se convierte en mirador natural y ofrece una bonita estampa del valle.

Jerte: Además de algún monumento muy interesante como es la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el Jerte puede se puede convertir en un buen punto de partida para conocer uno de los parajes más famosos de la zona: la Garganta de los infiernos.

 

Garganta de los infiernos y Los Pilones.

La Garganta de los Infiernos es una reserva natural del Valle del Jerte. Cerca de la localidad del Jerte se encuentra el Centro de Interpretación de la Garganta de los Infiernos, lugar desde donde podemos empezar a conocer este lugar. La Garganta de los Infiernos es conocida sobre todo por sus numerosos y bellos saltos de agua y cascadas y por la zona conocida como “Los Pilones”, conjunto de piscinas naturales que han sido descritas como “marmitas gigantes”, un término que nos ayuda a hacernos una idea de cómo es la forma de estas pozas creadas por la acción de la erosión del agua. Hasta estas piscinas de interior llegan los turistas en verano para intentar hacer frente al fuerte calor extremeño.

Además, en la Garganta de los Infiernos se encuentra el Mirador del Chorrero, desde el que se tiene una bella panorámica del paisaje y de la cascada conocida como Manto de la Virgen.

 

Por último, no está de más hacer un alto en el camino y acercarse a disfrutar en los restaurantes del Valle del Jerte de la oferta gastronómica de la zona, degustando sus productos y platos más famosos como las legumbres, las migas, la carne de cerdo o las omnipresentes cerezas.


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