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La Barcelona más desconocida: lugares que no conoces de la Ciudad Condal


Barcelona es uno de los destinos turísticos más concurridos del mundo, con un flujo constante de visitantes que se desplazan a la ciudad condal desde todos los rincones del planeta atraídos por atractivos turísticos como la Sagrada Família, el Camp Nou, la Pedrera o el Parc Güell, entre muchos otros. Sin embargo, más allá de los monumentos que registran colas cada día, existe una Barcelona llena de encantos.

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Datos Útiles


País: España
Idioma: Español
Zona Horaria: GMT +1
Moneda: Euro
Requisitos de entrada: DNI válido

La Barcelona más desconocida: lugares que no conoces de la Ciudad Condal

Si quieres descubrir una Barcelona que no aparece en la guías de viaje, no te pierdas nuestras sugerencias para ver una ciudad como nunca te habías imaginado. Éstas son algunas de las cosas que no puedes perderte si decides adentrarte en la Barcelona secreta:

- Turó de la Rovira: en los últimos años, este mirador, cuyas espectaculares vistas permiten ver toda la ciudad hasta el mar, se ha convertido en un atractivo turístico más de Barcelona, pero, aún así, sigue siendo desconocido para el gran flujo de visitantes y sigue sin aparecer en las guías más famosas. Situado en el distrito de Horta-uinardó, este cerro (de 269 metros de altitud) es el único de la ciudad que ofrece una visibilidad de 360 grados sobre Barcelona. Un espacio privilegiado, tanto para la toma de fotografías como para la contemplación de la puesta de sol. Además, acoge la plataforma de antiaéreos que formaba parte de la defensa de la ciudad durante la Guerra Civil española, lo que le confiere otro atractivo y le da al cerro una dimensión histórica.

- Carrer d’Aiguafreda: sin dejar el distrito de Horta-uinardó, nuestra siguiente parada en esta Barcelona secreta, nos lleva hasta el Carrer d’Aiguafreda,  una calle que quedó al margen de las remodelaciones urbanísticas modernas  y conserva todo el encanto del antiguo pueblo en medio de la gran urbe. Como curiosidad: cada casa tiene su propio pozo, motivo por el cual antiguamente se la conocía como la  Calle de las Lavanderas porque las mujeres solían trabajar haciendo la colada para otros (normalmente para la alta burguesía y para las clases más adineradas) para conseguir unos ingresos extra para mantener a la familia.

- Parc de la Creueta del Coll: todavía en Horta-uinardó, no podemos irnos sin dejar de visitar el Parc de la Creuta del Coll. Pese a contar con una obra de Chillida (Elogio del Agua) y con otra escultura de Ellsworth Kelly (Tótem), este parque, situado en una antigua cantera, no suele aparecer en las rutas turísticas más habituales por la ciudad condal. Una lástima, ya que se trata de un rincón tranquilo, con interesantes muestras escultóricas y con zonas de ocio para niños (mesas de ping-ong, una cancha de básquet…). Además, cuenta con una zona de picnic con bonitas vistas sobre la ciudad y con un gran lago que en verano se transforma en una piscina pública.

- Laberinto de Horta: cerramos nuestro paseo por el distrito de Horta-uinardó (quizás uno de los menos visitados por el gran volumen de turistas) con una visita al Parque del Laberinto de Horta. Se trata de una gran zona ajardinada donde se esconde, como su nombre indica, un laberinto. Este jardín data de entre 1794  y 1808 y es obra del arquitecto y paisajista italiano Domenico Bagutti, aunque también incluye una zona neoclásica (siglo XVIII) y una zona romántica (siglo XIX). Uno de los mayores atractivos del parque (y el elemento que le da nombre) es el laberinto formado por 750 metros de cipreses pulcramente recortados que puede encontrarse en una de las tres terrazas que forman el jardín neoclásico del parque.

- Playas del Delta del Llobregat: la Barceloneta, Nova Icària o Sant Sebastià, entre otras, son las playas archiconocidas de la ciudad condal, lo que las convierte en auténticos hervideros de gente durante la temporada veraniega. Para los que prefieren la tranquilidad mientras se broncean o toman un baño, las playas del Delta del Llobregat, cerca del aeropuerto del Prat, son una buena alternativa, mucho más tranquilas y con el aliciente de ver despegar y aterrizar los aviones.

- Drassanes Reials: aunque muchos turistas visitan el puerto de Barcelona y sus atractivos turísticos, como el Maremagnum o la zona de ocio y comercios del Port Vell, muy pocos se toman un tiempo para visitar les Drassanes Reials o, lo que es lo mismo, las antiguas atarazanas o astilleros de la ciudad. Se trata de un edificio gótico (del siglo XIII) que se cree que puede estar levantado sobre una antigua necrópolis romana. Actualmente, en sus dependencias se puede visitar el Museo Marítimo de Barcelona y conocer un poco más de la relación de la ciudad con el mar.

- Alcantarillado de Barcelona: sin duda, una visita curiosa es un paseo por la red de alcantarillado de la ciudad condal. No se trata de algo que pueda hacerse de forma espontánea y libre, pero el Ayuntamiento de Barcelona organiza, a través de la entidad pública La Fàbrica del Sol, visitas para conocer la estructura del alcantarillado y los depósitos pluviales de la ciudad, lo que permite dar una vuelta por la Barcelona más subterránea.


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