Visitar la Toscana es sumergirse en bellos paisajes y descubrir ciudades llenas de encanto, en las que su impresionante patrimonio histórico y arquitectónico deja con la boca abierta hasta al visitante más descreído. Sin ir más lejos, Florencia o Pisa nos esperan entre los verdes prados y los tonos ocres de esta tierra famosa en el mundo entero. En nuestro viaje no podemos dejar de ver:

- Florencia: es la capital y la ciudad más importante de la región, pero, más allá de su importancia estratégica o económica, hablar de Florencia es hablar de arte  y cultura en mayúsculas. En esta ciudad nació (durante la segunda mitad del siglo XIV) el movimiento artístico denominado Renacimiento, y, por este motivo, se la considera una de las cunas mundiales del arte y de la arquitectura. Sin ir más lejos, su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad hace más de treinta años y en él destacan obras medievales y renacentistas como la Basílica de Santa Cruz, la cúpula de Santa María del Fiore y el Ponte Vechhio, entre otros. Mención a parte merecen sus museos, mundialmente famosos, como la Galería de los Uffizi, el Museo Bargello o la Galería de la Academia, cuya obra más famosa es el célebre David de Miguel Ángel. Sin embargo, los encantos de Florencia no terminan aquí. La ciudad está plagada de joyas arquitectónicas que hacen que cada rincón sea una interesante lección de historia.

- Pisa: esta ciudad toscana es famosa por su célebre Torre de Pisa, una torre inclinada – el campanario de la catedral-del siglo XII ,que cuenta con una altura de más de 58 metros y que, según se cree, sufre esta desviación desde el momento de su construcción. Sin embargo, la ciudad cuenta, además, con un impresionante patrimonio histórico y cultural. Entre su monumentos más importantes destaca la  Piazza dei Miracoli, (declarada Patrimonio de la Humanidad) y  la catedral, construida en mármol entre los años 1064, además de la ya mencionada torre inclinada que, no obstante, no es la construcción de la ciudad con una desviación. En este sentido, cabe señalar que, debido a la naturaleza del terreno, existen en Pisa tres torres inclinadas, algo que podría ser debido a la naturaleza pantanosa del terreno en el que se asientan.

- Siena: la tercera ciudad de la Toscana es Siena, famosa por su célebre Palio, un espectáculo con caballos que tiene lugar cada agosto. Tal y como pasa con Florencia y Pisa, Siena es una ciudad muy rica en lo que se refiere a patrimonio arquitectónico. Así, su Centro Histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y entre sus tesoros destacan la Catedral (siglo XII), un ejemplo de la arquitectura gótica italiana, y la Piazza del Campo, una plaza famosa por su forma de abanico. Destacan también sus palacios, entre los que se encuentran el Palacio Piccolomini (de estilo renacentista) y la Fortezza Medicea, (siglo XVI), propiedad de los Médici, así como también el Palacio Buonsignori, sede de la Pinacoteca Nacional.

- San Gimignano: este pequeño pueblo amurallado de origen medieval se ha convertido en los últimos años en un destacado centro turístico y no es para menos, ya que se trata de un lugar lleno de encanto gracias a sus altas torres medievales (ha conservado en muy buen estado 15 de sus 72 torres originales), a sus plazas y a sus rincones especiales. Es un lugar ideal para tomar un helado en una de sus muchas heladerías y cafeterías para descansar después de una larga jornada turística, así como también para visitar su museo, donde podremos ver muestras del estilo medieval toscano. La ciudad cuenta también con un Mueso de la Guerra.

- Volterra: situada a una altura de 403 metros sobre el nivel del mar, Volterra fue el escenario del nacimiento de la civilización etrusca en la zona, lo que la convierte en una visita indispensable para los amantes de la historia. Esta población, que actualmente cuenta con poco más de 11.000 habitantes, conserva parte de sus murallas y su necropolis etruscas y cuenta con un notable patrimonio arquitectónico, entre el que destaca su catedral (s. XII-IV).