Qué ver en Pontedeume

Pontedeume es un pueblo de A Coruña situado junto a la Ría de Ares y bañado por las aguas del río Eume. Como puedes imaginar por su ubicación, el agua es un elemento fundamental en la villa y algunos de sus lugares más icónicos están relacionados con el líquido elemento, como es el caso puente sobre el Eume (que da nombre al pueblo). Sin embargo, unos de los principales responsables de que Pontedeume sea hoy en día uno de los pueblos más bonitos de la provincia de A Coruña son varios de los miembros de la familia Andrade, quienes dejarían su huella en varios de los monumentos de la localidad. Pero vayamos despacio y veamos con calma qué hay que ver en Pontedeume que lo convierten en un lugar tan especial.

Ponte do Eume

El puente sobre el río Eume no solo es el monumento más importante de Pontedeume, sino también es el que se encarga de recibirnos y el que nos permite el acceso al casco antiguo. Esta construcción de finales del XIX une las dos orillas de la ría de Ares, haciendo de nexo de unión entre las localidades de Cabañas y la propia Pontedeume. Si el puente actual impresiona con sus 15 arcos, es difícil imaginar como debía ser la fisionomía del puente al que sustituyó: mandado construir por Fernán Pérez de Andrade allá por el siglo XIV, contaba con ¡78 arcos!, dos torres e incluso un hospital para peregrinos, ya que por Pontedeume pasa el Camino Inglés que va de Ferrol a La Coruña. Desde el puente actual tenemos una primera postal del casco histórico de la villa y de su precioso entorno natural.

Plaza del Conde

Tras cruzar el puente, llegamos al que es el primero de los lugares destacados que hay que ver en el casco antiguo Pontedeume, la Plaza del Conde. Este espacio fue ocupado en su día por la Casa-Pazo de la familia Andrade. Actualmente se encuentra rodeado por preciosas galerías que dan al lugar un encanto muy especial. Los edificios más importantes de la plaza son el Torreón de los Andrade (del que hablaremos a continuación) y el Mercado de Abastos. En el centro de la plaza hay una bonita fuente de la segunda mitad del siglo XVII.

Torreón de los Andrade

El Torreón de los Andrade es, junto con el puente sobre el río Eume, la construcción más icónica de la localidad. En la Plaza del Conde, junto a los conocidos como Jardines de Lombardero, se encuentra este torreón que en realidad es el único resto de la antigua Casa-Pazo de los Condes de Andrade, de quienes hablaremos varias veces a lo largo de la ruta. Sería en este caso Fernán Pérez de Andrade quien encargase su construcción en el siglo XIV. Cuenta con 18 metros de altura y 4 plantas. En su interior, además de la Oficina de Turismo, hay una exposición que habla sobre la poderosa familia Andrade. Además, merece la pena subir a lo más alto de la torre y disfrutar con las vistas que nos ofrece.

Plaza Real

Pontedeume está tomada por varias plazas con encanto en donde son protagonistas las galerías blancas con fachadas acristaladas, tan populares en otros lugares de la provincia como puede ser la propia ciudad de A Coruña. La Plaza Real es un fiel ejemplo de este tipo de construcciones. En ella está el edificio del ayuntamiento, con fachada de piedra. Se trata de un buen lugar para hacer un descanso y tomar algo en sus bulliciosas terrazas.

Iglesia de Santiago

Una vez que hemos cogido fuerzas tras descansar en las terrazas de la Plaza Real, solo tenemos que caminar unos minutos por la bonita Rua Real para poder visitar la Iglesia de Santiago, templo del siglo XVI que debemos su construcción una vez más a un miembro de la familia Andrade, en este caso a Fernando de Andrade. En el exterior llama la atención la fachada, que combina elementos neoclásicos y barrocos. En el interior es el retablo renacentista y los preciosos techos estrellados los que se llevan buena parte de la mirada de los visitantes. Otra de las sorpresas que nos depara esta parte de la localidad es que justo detrás de la iglesia existe todavía una parte de la que era la antigua muralla medieval de la localidad.

Plaza de San Roque

No hay dos sin tres. La Plaza de San Roque es la tercera de las plazas más bonitas de Pontedeume, aunque en este caso se encuentra fuera del casco antiguo. En ella también podemos apreciar las típicas construcciones coruñesas de casas con balcones de madera y amplios ventanales.

Convento de San Agustín

Todavía nos quedan monumentos importantes que ver en Pontedeume. Uno de ellos es el Convento de San Agustín. En esta ocasión, sería Fernando de Andrade el responsable de su construcción en la primer mitad del siglo XVI. Fue abandonado con la llegada de la desamortización de Mendizábal. De los elementos que se conservan destaca un bonito claustro renacentista. Aunque tuvo diferentes usos, hoy alberga la Casa de Cultura de la localidad.

Iglesia de las Virtudes

Muy interesante también es la Iglesia de las Virtudes. Como no podía ser de otro modo, un nuevo miembro de la familia Andrade está detrás de su construcción: Nuño Freire de Andrade. Tuvo que ser reconstruida, por lo que se conservan pocos elementos del templo original.

Castillo de Andrade

Tendríamos que alejarnos del pueblo, apenas 4 kilómetros, para conocer el último de los monumentos de Pontedeume, el Castillo de Andrade. Fernán Pérez de Andrade sería el encargado de mandar levantar sobre un pequeño cerro cercano a la localidad en el siglo XIV una torre que cumpliera funciones defensivas y sirviera de protección a la villa coruñesa. Merece la pena acercarse a este lugar por las vistas que nos regala del paisaje que lo rodea.

Pueblo de Redes

Podemos disfrutar del ambiente marinero de estas tierras paseando por el paseo marítimo de Pontedeume o podemos hacerlo en la vecina Redes, bonita localidad que se encuentra a apenas 5 kilómetros de Pontedeume. Un lugar que no deja indiferente a nadie gracias a su estampa de pequeño pueblecito de pescadores y a sus calles y rincones con encanto. A los amantes del séptimo arte les sonará por la película “Julieta” de Pedro Almodóvar, pues aquí rodaría el director manchego algunas de las escenas de la película.

Parque Natural de Fragas do Eume

Por último, una de las razones principales para visitar Pontedeume es que el pueblo nos puede servir de perfecto campamento base para conocer uno de los espacios naturales más bonitos de Galicia, el Parque Natural de Fragas do Eume.