Actualmente San Petersburgo es la capital cultural de Rusia con el Museo Ermitage, como punta de lanza, el Museo Ruso o una gran cantidad de pubs y locales donde se puede disfrutar de música en directo, recitales de poesía o tranquilos rincones donde se respira el famoso y cautivador ambiente bohemio de la ciudad.

Paseando por el casco antiguo de la ciudad contemplaremos la monumentalidad de San Petersburgo y nos chocará la dualidad de la ciudad entre ostentación y sobriedad cultural. La ciudad que inspiró a escritores que redactaron las páginas más relevantes de la literatura rusa, como Dovstoievski, Zhukovsky o Chejov por mencionar solo un pequeño ápice, es ideal para aquellos viajeros que buscan contrastes y sorprenderse dentro de una ciudad única.

Museo Ermitage

Uno de los museos más importantes y mastodónticos del mundo lo encontraremos en San Petersburgo, entre el malecón del Neva y la Plaza del Palacio. Se recomienda visitar el Ermitage en diferentes sesiones y no intentar abarcarlo todo en un mismo día, recordemos que este museo guarda en su interior 2,7 millones de obras y sus pasillos suman un total de 10 kilómetros de recorrido. Podríamos sufrir un agotamiento mental por sobredosis de arte.

En él nos quedaremos prendados con obras de los más importantes artistas de la historia como: Da Vinci, Botticelli, Rembrandt, David, Delacroix o Renoir entre muchos otros. Dividido en 5 edificios: Palacio de Invierno, Pequeño Ermitage, Gran Ermitage, Ermitage Nuevo y el Teatro del Ermitage; el Ermitage es una parada obligatoria no sólo para los amantes del arte sino para todo el mundo.

Fortaleza de San Pedro y San Pablo

Fue la primera construcción de la ciudad y sirvió de protección para la ciudad, aunque en sus años posteriores fue un símbolo de la represión para los críticos con el régimen zarista. En el interior de la fortaleza encontramos la Catedral de San Pedro y San Pablo. Con una aguja dorada en su cúpula de más de 120 metros y un ángel colmando la cima, la Catedral de San Pedro y San Pablo es el mausoleo de los últimos zares rusos.

La capital occidental rusa está plagada de museos interesantes para el visitante, podemos visitar el Museo Etnográfico y conocer la cultura de los muchísimos pueblos que anidan en las vastísimas estepas rusas. Otro punto interesante para visitar es el barco-museo del Acorazado Avrora, este navío dio la señal para que el proletariado liderado por los altos cargos del partido bolchevique asaltara el Palacio de Invierno.
 
La vida nocturna peterburguesa tiene muchas ofertas para el visitante. Si nos interesan las populares discotecas de cualquier ciudad  y muchos ambientes tenemos la Metro o la Saint Petersburg Disco Spin Club. Si por el contrario preferimos vivir una noche más alternativa y de acuerdo con el espíritu bohemio de la ciudad tenemos la opción de ir al Griboedov. Este popular local de música en directo ubicado en un refugio antiaéreo esta regentado por los miembros del grupo rock ruso Dva Samoleta.

Las riberas del Neva son el escenario perfecto para deleitarse de un paseo por esta monumental ciudad. Si al terminar queremos recuperar fuerzas, una gran opción seria hacer una parada en el pub The Idiot. En este local que homenajea a Dovstoievski podremos degustar la típica cocina rusa y refrescarnos con uno de los 8 cócteles “Crimen y Castigo” que tienen en carta.