Seguimos descubriendo los parajes naturales más impresionantes de cada comunidad. En esta ocasión nos acercamos a Castilla-La Mancha. Si tienes un fin de semana o un puente a la vista y lo que buscas es desconectar en la naturaleza y disfrutar de un lugar único, te recomendamos acercarte hasta la Serranía de Cuenca para conocer uno de los espacios naturales más sorprendentes de España.

Un primer vistazo a la Serranía de Cuenca

La Serranía de Cuenca es una extensa área natural de más de 185.000 que se encuentra en el norte de la provincia del mismo nombre y que comprende el Parque Natural Serranía de Cuenca. En ella encontramos varios pequeños pueblos que pueden servir como campamento base para conocer la zona. Predomina un paisaje de media montaña repleto de lugares extraordinarios que han sido creados por la acción de la naturaleza y que invitan a la práctica del senderismo. Merece la pena antes de visitar este espacio natural, acercarse a los Centros de Interpretación del Parque Natural de la Serranía de Cuenca en Uña, Valdemeca o Tragacete para recibir información sobre lo que encontraremos en él.

Lugares imprescindibles que ver en la Serranía de Cuenca

Son muchos los lugares que ver en la Serranía de Cuenca. Intentaremos seguir un orden, empezando por aquellos que se encuentran en la parte más septentrional y finalizar con los que están en la zona más meridional.

Laguna del Tobar

Precioso lugar para empezar a conocer la Serranía de Cuenca. Se trata de dos lagunas, la laguna grande y la laguna pequeña, que se encuentran en la población de El Tobar, entre los municipios de Masegosa y Beteta. La grande tiene una profundidad de unos 20 metros y unos 3 kilómetros de perímetro. Declaradas Refugio de Fauna. Abundan las aves acuáticas. Existe una ruta senderista circular de 5 kilómetros que nos permitirá conocer mejor esta hermosa zona.

Nacimiento del Río Cuervo

Llegamos al tesoro más preciado de la Serranía de Cuenca y, para nosotros, una de las cascadas más espectaculares de España. El río Cuervo nace en Vega del Codorno, a más de 1400 metros. Ya el paisaje que se abre a nuestro paso antes de llegar hasta este punto nos dejará con la boca abierta, sin embargo, el momento cumbre llega al descubrir como el agua que discurre por el interior de una cueva sale expulsada de la roca en forma de cascada y cae sobre una pared que ha sido conquistada por el verde del musgo. El espectáculo es inigualable, en especial en primavera (cuando, por lo general, el río trae más agua) o en invierno (cuando el agua se congela, dejando una estampa bellísima). Fue declarado Monumento Natural en 1999.

Molino de la Chorrera

Seguimos con cascadas y con nacimientos de ríos. Cerca de Tragacete existe otra cascada que merece la pena conocer, la del Molino de la Chorrera, a la que se llegaría tras caminar por un sendero. A escasos kilómetros de este lugar nace el río Júcar.

Los Callejones de Las Majadas

Dejamos las cascadas y los nacimientos de los ríos para empezar a descubrir esos lugares raros, extraños, y a su vez hermosos, de la Serranía de Cuenca.

Cerca del pueblo de Las Majadas, encontramos los conocidos como “Callejones de Las Majadas”. La acción del agua y el paso de los años han creado en este paraje formaciones rocosas muy curiosas atravesadas por una especie de canales conocidos como callejones. 

Mirador del Tío Cogote

No nos tenemos que mover mucho de donde estamos para llegar al siguiente punto de interés de la Serranía de Cuenca: el Mirador del Tío Cogote. Quizá los miradores sean los elementos que más nos atraen cuando visitamos un paraje natural determinado, pues nos permiten hacernos una idea, con un solo vistazo, de la belleza del lugar en el que nos encontramos y, además, se antojan perfectos para cazar esa instantánea que veníamos buscando. Aunque muchos lugares de la Serranía de Cuenca puedan servir como miradores, el del Tío Cogote, a más de 1300 metros, es el más conocido y el que nos deja las panorámicas más espectaculares.

Ventano del Diablo

Otra formación curiosa es la de la Ventana del Diablo, junto a la localidad de Villalba de la Sierra. Al llegar a él, podemos pensar que ha sido el hombre el encargado de crear semejante capricho. Nada más lejos de la realidad, las ventanas o agujeros que se han formado en la roca se deben a la acción de la naturaleza. El Ventano del Diablo se asoma a un enorme barranco por el que discurre el río Júcar.

La Ciudad Encantada

Posiblemente, el Nacimiento del río Cuervo sea el lugar más bonito de la Serranía de Cuenca, pero es la Ciudad Encantada la imagen más famosa que tenemos de este espacio natural. Como ocurría en “Los Callejones de Las Majadas”, el agua y el tiempo han sido los encargados de esculpir formas curiosas en unas rocas que nos recuerdan a un animal, un lugar o un objeto. Así, tenemos el perro, la foca, el tormo o el túnel. Sin embargo, cada uno es libre de que cada una de las rocas le sugiera una cosa distinta a la establecida. Para acceder hay que pagar una entrada.

Laguna de Uña

Dejamos las formaciones rocosas imposibles para empezar a descubrir lagunas y agujeros en el suelo. La Laguna de Uña se encuentra junto al municipio del mismo nombre y se nutre de las aguas del Júcar. El lugar es ideal para disfrutar de la flora y fauna de la zona, caminar junto a un paisaje encantador o simplemente saborear esa tranquilidad que venimos buscando cuando nos acercamos a la naturaleza.

Las Torcas de los Palancares

En la zona sur de la Serranía de Cuenca surge otro de los parajes más sorprenden para el visitante: las torcas. Se trata de enormes agujeros que han aparecido en el suelo debido al hundimiento de pasillos o cavidades subterráneas. Hay cerca de 30 agujeros, alcanzando, en algunos casos, una profundidad de cerca de 100 metros.

Lagunas de Cañada del Hoyo

Terminamos esta ruta por la Serranía de Cuenca con las Lagunas de Cañada del Hoyo, junto al municipio homónimo. En total son siete las lagunas que nos encontraremos en este espacio natural, tres de ellas visitables. Su formación es muy parecida a la de las Torcas de los Palancares, ya que también se originaron por un hundimiento de tierra. Las Lagunas de Cañada del Hoyo absorbieron el agua de los canales subterráneos que discurrían por su interior.