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Qué ver en Altea, una localidad con auténtica esencia mediterránea


Altea puede ser ese pueblo al que dirigir las miradas cuando se habla de esencia mediterránea. Un lugar capaz de despertar los cinco sentidos: el olor de los geranios que adornan las casas del casco antiguo, la suave brisa del Mediterráneo rozándonos la piel, la vista del horizonte cuando la tarde comienza a morir, 

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Datos Útiles


País: España
Idioma: Español
Zona Horaria: GMT +2
Moneda: Euro
Requisitos de entrada:

​el sonido del silencio en playas y calas poco masificadas o el sabor de los platos más típicos de la gastronomía de la provincia alicantina. A continuación, recorreremos los lugares más importantes que ver en Altea.​

Qué ver en Altea

Altea se encuentra situada en la comarca alicantina de Marina Baja, a poco más de 10 kilómetros de la masificada Benidorm y cerca del Parque Natural de la Serra Gelada. Estamos ante uno de los pueblos más bonitos de la costa mediterránea, con un casco antiguo que enamora, una luz especial que se cuela en cada poro de nuestra piel y tranquilas playas de guijarros y aguas transparentes que invitan a desconectar. Estos son algunos de los lugares imprescindibles que hay que ver en Altea.

Portal Vell y Portal Nou

Antes de meternos de lleno a recorrer las calles del casco antiguo alteano, conviene detenerse un momento en las dos únicas puertas que permanecen en pie de la antigua muralla que rodeaba su casco histórico: el Portal Vell y el Portal Nou.

Portal Vell: También conocida como Puerta de Valencia. Del siglo XVII. A través de ella se accede a la Calle Mayor y sirve como pistoletazo de salida a la visita al casco viejo de la localidad.

Portal Nou: La otra puerta de acceso que se conserva del recinto amurallado de Altea. Situada frente al mar. También llamada Puerta del Mar. Es del siglo XVII.

Casco antiguo de Altea

Situado en lo alto de un pequeño montículo, recorrer el casco antiguo de Altea es una de las razones principales para acercarse hasta este pueblo de la Costa Blanca. De una belleza inigualable, se trata de uno de esos centros históricos para perderse, para dejarse llevar y sorprenderse con cada uno de los rincones que salen a nuestro paso, para olvidarse de mapas y consejos y hacer caso solo a nuestro instinto.

Un casco antiguo de calles empedradas y angostas, con cuestas que suben y bajan, con escalinatas que enseguida nos conducen a otro rincón con encanto, con estrechas rúas flanqueadas de deliciosas casas de un blanco impoluto que los vecinos adornan con flores para hacer más especial aun si cabe el lugar. Con bares y tiendas de artesanía que invitan a hacer numerosas paradas. Con un encanto bohemio que nos atrapa y con una luz especial que solo se encuentra en estos pueblos elegidos del Mediterráneo.

Calles que invitan a perderse

Sin embargo, es seguro que mientras caminamos sin rumbo fijo, nos daremos de bruces con algunas de las calles y plazas más bonitas del casco histórico alteano: la calle de San Miguel, que sorprende por sus casas blancas, sus pequeñas tiendas de artesanía y porque nos lleva hasta otro de los imprescindibles de la localidad, la Plaza de la Iglesia. La calle Santa Bárbara, donde se encuentra la sorprendente Casa Cervantes, edificio del XX con elementos mudéjares que fue construida por un entusiasta de la obra cervantina, Francisco Martínez i Martínez. La Calle Salamanca, donde también el blanco es protagonista. O la calle Bonavista, Carrer Major, Fondo…

Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo

Si preguntásemos a las gentes del pueblo cuál es el monumento más importante de Altea, seguramente el 99% de ellos respondería que la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, ya que se trata de la construcción más representativa de esta población alicantina. Se encuentra ubicada en el punto más alto de la localidad, lo que la confiere un cierto aspecto de guardián del lugar. Aunque la época de su construcción hay que situarla en los primeros años del siglo XX, se asienta sobre otro templo más antiguo, de comienzos del XVII. Si bien es posible visitar su interior, con lo que se sorprenden los turistas que hasta aquí llegan es con su exterior, y más concretamente con las maravillosas cúpulas decoradascon azulejos azules y blancos que se dejan ver desde cualquier punto de la localidad.

Otra de las razones que convierten a este lugar en un imprescindible de Altea es la bonita plaza en la que se encuentra la iglesia. Un espacio con una atmósfera especial y que nos regala unas maravillosas vistas.

Miradores en Altea

Que el casco antiguo se encuentre en lo alto de un cerro y que se trate de una localidad costera, nos puede llevar a pensar que en Altea hay infinitos lugares que nos regalan vistas únicas… y así es. Sin embargo, y a pesar de que desde muchos puntos disfrutaremos de una panorámica espectacular, hay dos miradores que nos dejan imágenes de postal: Mirador de Portal Vell y Mirador de los Cronistas, que nos regalan las mejores vistas del Mediterráneo y de la Costa Blanca.

Paseo marítimo

Posiblemente llegará un momento en el que nos cansemos de subir y bajar cuestas en la parte vieja de Altea. Será el momento de buscar un plan B. Una opción es caminar por el Paseo Marítimo de la localidad. Un camino que va dejando a su lado playas urbanas y que nos permitirá sentir desde más cerca el aroma del Mediterráneo.

Playas de Altea

Altea cuenta con hasta 8 km de costa. Sin embargo, las playas de la localidad poco tienen que ver con las de su vecina Benidorm. Las de Altea tienen la particularidad de que no son de arena, sino pequeños cantos o guijarros, característica esta que no se convierte en un impedimento para aquellos que buscan playas más tranquilas con aguas cristalinas. Algunas de las más importantes son Playa La Roda, Playa de l’Olla o Cap Negret. Un poco más alejada está la Playa Cap Blanc.

Iglesia Ortodoxa Rusa San Miguel Arcángel

Por último, queremos terminar esta ruta hablando de un lugar muy diferente de Altea: la Iglesia Ortodoxa Rusa San Miguel Arcángel. Así es, aunque suene raro, a unos 5 kilómetros de Altea, en dirección Calpe, se encuentra la que está considerada como la primera iglesia ortodoxa construida en España, del año 2002.

Destinos cercanos por si tenemos más tiempo…

Normalmente, dos días son suficientes para recorrer el casco antiguo de Altea y relajarnos en sus playas. Sin embargo, si disponemos de más días podemos anotar otros planes: acercarse hasta las Fonts d’Algar, descubrir los pueblos más bonitos del interior de Alicante(en especial Guadalest) o asombrarnos con el precioso paisaje que nos regala la Isla de Tabarca.


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