Estonia vivió años muy complicados en el siglo XX que finalizaron con la desintegración de la Unión Soviética. A partir de ese momento, año 1991, Estonia comenzó un nuevo camino. El turismo no fue ajeno a esa transformación y su capital, Tallin, consiguió, poco a poco, establecerse como uno de los destinos más interesantes de los países Bálticos.
La mayoría de los lugares que hay que ver en Tallin se encuentran en su casco histórico, declarado Patrimonio de la humanidad por la Unesco en el año 1997. Entrar en el casco histórico de Tallin significa una vuelta al pasado. El legado monumental del casco histórico de Tallin contribuye de manera significativa a adentrarse en la Edad media. Sus murallas y los numerosos edificios construidos en tiempos lejanos trasladan al visitante a una época de caballeros, doncellas y cruentas batallas. Sin embargo, para que ese mundo medieval se vuelva real, necesitamos la presencia de ciertos personajes. A esto contribuyen las gentes de la ciudad, y no es raro encontrarse en cualquier rincón de Tallin a artesanos vestidos de época y trabajando el vidrio o el metal, a hombres y mujeres entonando canciones medievales o a camareros ataviados con ropajes de la edad media, en restaurantes decorados al más puro estilo de aquella época.
La ruta por la ciudad nos llevará a recorrer un casco histórico perfectamente conservado, donde descubriremos 10 lugares imprescindibles que hay que ver en Tallin.
PREGUNTAS MÁS COMUNES SOBRE TALLIN:
Antes de mostrarte esos rincones que no se pueden dejar de visitar en la capital báltica, intentaremos aclarar algunas cuestiones que muchos turistas tienen antes de viajar a Tallin.
¿Se necesita visado para viajar a Tallin?
Como país miembro de la Unión Europea, no se necesita visado para viajar a Tallin.
¿Cuál es la moneda de Estonia?
En Estonia se utiliza el Euro, por tanto, no es necesario que te preocupes por el cambio de divisa cuando viajas a Estonia.
¿Son los precios altos en Tallin?
Los precios han subido bastante los últimos años en Tallin y, a día de hoy, no entra dentro de esas ciudades baratas para viajar del este de Europa. También hay que tener en cuenta que la capital de estonia es más cara que otras zonas del país. Alejarse de las zonas más turísticas del casco histórico de Tallin contribuirá a que el desembolso no sea excesivamente grande.
¿Cuánto tiempo necesito para ver Tallin?
Tallin es una ciudad pequeña, pero recomendamos un par de días para disfrutar tranquilamente de la ciudad.
Cómo ir del aeropuerto al centro de Tallin:
El aeropuerto está bastante cerca de la ciudad. Para ir desde el aeropuerto al centro de Tallin recomendamos coger el bus o el tranvía, la opción más barata. Otra posibilidad es tomar un taxi, dada la cercanía del aeropuerto con la ciudad el importe no es excesivamente alto.
Si ya he visto Tallin y todavía tengo tiempo ¿qué puedo visitar cerca de Tallin?
Estonia cuenta con muchos lugares interesantes para visitar. Uno de los más interesantes que ver cerca de Tallin es el Parque Nacional de Lahemaa, se encuentra a apenas una hora de la capital estonia y fue el primer parque nacional de la Unión Soviética.
¿Cuál es la comida típica de Tallin y donde comer?
Para contribuir a una experiencia totalmente medieval, los visitantes de la ciudad suelen dirigirse a los numerosos restaurantes ambientados en la edad media, donde les esperan contundentes platos de carne asada acompañados de patatas. En los días más fríos del invierno estonio conviene meterse en el cuerpo una sopa bien caliente. También son típicos los embutidos y los quesos ahumados.
Uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad es el Olde Hansa, un establecimiento que cuida hasta el más mínimo detalle para tratar de convencerte de que has abandonado el siglo XXI y has viajado en el tiempo hasta el siglo XV.
LUGARES QUE HAY QUE VER EN TALLIN:
El recorrido para visitar los lugares más interesantes de Tallin lo comenzaremos en las murallas medievales y, tras descubrir algunas de las calles y monumentos del casco histórico, nos dirigiremos a la parte alta de la ciudad, donde nos esperan dos catedrales y desde donde tendremos unas vistas espectaculares de la ciudad.
Las murallas:
Uno de los monumentos que ver en Tallin para percibir ese aroma medieval de la ciudad son las murallas. Para protegerse de los distintos pueblos que la asediaron, la capital estonia tuvo que resguardarse tras los muros de una gran muralla. La muralla actual tiene 2 kilómetros y rodea la zona del casco histórico. Todavía se conservan en ella 25 torres defensivas y dos puertas de acceso. Las torres Kuldjala, Sauna y Nunna marcan el tramo de muralla que se puede visitar.
Kiek in de Kök:
Aunque forma parte de las murallas, este torreón merece una reseña aparte. Se trata de una torre levantada en la segunda mitad del siglo XV y que servía para guardar parte del armamento de los soldados. Como es lógico, la construcción ya no es usada como almacén de artillería y en su interior se halla un interesante museo que recorre la historia de la ciudad báltica.
Puerta Viru:
Otro de los lugares más emblemáticos que ver en Tallin es la Puerta Viru. La puerta, del siglo XIV, forma parte de las murallas y es la que da acceso al casco antiguo. Es realmente bonita. Las torres que flanquean la calle son una de las imágenes más fotografiadas de la capital estonia. Para hacer aún más bonita la estampa, varios puestos de flores se sitúan en la entrada de la puerta Viru. Desde la puerta sale la calle Viru, que desemboca en la plaza del ayuntamiento.
Pasaje de Katarina:
Antes de llegar a la abarrotada plaza del ayuntamiento, te recomendamos que des un paseo por el tranquilo Pasaje de Katarina. Quizá no sea uno de los rincones más visitados de Tallin, pero estamos seguros que sí que es uno de los más singulares de la ciudad.
El pasaje de Katarina es una pequeña calle del casco antiguo que avanza junto a las paredes de una antigua iglesia, lo que lo convierte en un lugar muy cautivador. En la pequeña callejuela se encuentran varios artesanos trabajando diferentes productos, lo que hace todavía más especial a la calle. Al lado está el conocido como Patio de los maestros.
Plaza del ayuntamiento:
Un recorrido por los edificios de la plaza del ayuntamiento nos da una pista de que en esta zona era donde vivían los comerciantes y las gentes ricas de la ciudad en los siglos pasados. Hoy en día, la plaza acoge un mercado de productos artesanales y en invierno un mercadillo de navidad que nada tiene que envidiar a los famosos mercados navideños alemanes.
Dos son los lugares de la plaza que se llevan un mayor número de miradas de los turistas, el ayuntamiento y la farmacia Raeapteek. El ayuntamiento es de comienzos del siglo XV y es de estilo gótico, destaca por su esbelta torre de 64 metros, rematada con la veleta del soldado Tomás, uno de los personajes más famosos de la ciudad. La farmacia Raeapteek es una de las farmacias en funcionamiento más antiguas de Europa; su interior guarda numerosos objetos y utensilios de épocas pasadas.
La plaza del ayuntamiento está repleta de cafés, tiendas y restaurantes (muchos de ellos de temática medieval) y es uno de los lugares de la ciudad con más vida.
Iglesia de San Olaf:
Antes de dirigirnos a la parte alta de la ciudad hay que hablar brevemente de otro de esos monumentos que merecen la pena ser visitados en Tallin. La iglesia de San Olaf es una iglesia muy antigua, del siglo XII, de estilo gótico. Su rasgo más característico es una enorme torre de más de 120 metros de altura.
Calle Pikk:
Esta calle del casco histórico merecería estar en una lista de las calles más emblemáticas de Europa. Debido a que en esta calle residían algunos de los comerciantes más prósperos de la ciudad, aquí se levantaron algunas de las construcciones más importantes de Tallin. Entre los numerosos edificios medievales de la calle encontramos “Las 3 hermanas”, tres de las casas más antiguas de Tallin. La calle finaliza en la torre de Margarita la Gorda, llamada así por el grosor de los muros de la muralla en esta parte de la ciudad.
Colina de Toompea:
Subiendo por la calle Pikk se llega hasta la parte alta de la ciudad, la conocida como Colina de Toompea. Se trata, sin duda, de uno de los lugares con más encanto deTallin y desde donde se tiene unas de las mejores vistas de la ciudad báltica.
Aquí se encuentra el castillo de la ciudad, que actualmente acoge el parlamento estonio. Sin embargo, lo más interesante que hay que visitar en la colina de Toompea son las Catedrales de Alejandro Nevski y de Santa María y sus miradores.
Catedrales de Alejandro Nevski y de Santa María:
Parece un poco raro que en un espacio tan pequeño como es la colina de Toompea existan dos catedrales, pero así es.
Enfrente del parlamento estonio está la catedral de Alejandro Nevski, catedral ortodoxa de finales del siglo XIX y declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1997. Destacan sus 5 cúpulas. Estuvo a punto de ser derruida en 1924 por tratarse de un símbolo de dominación rusa; por suerte, la demolición no se llevó a cabo.
La catedral de Santa María es mucho más antigua que la de Alejandro Nevski, ya que data del siglo XIII. Es sede de la iglesia evangélica de Estonia.
Miradores de la colina de Toompea:
No hay mejor sitio para contemplar todo lo que Tallin es capaz de ofrecer que desde los miradores de la colina de Toompea. Desde estos miradores se tienen las mejores vistas de la ciudad báltica.
Hay dos miradores en Toompea, quizás el que ofrece las mejores vistas es el mirador de Patkuli. Desde este mirador se tiene una panorámica que comprende el casco antiguo de Tallin, la iglesia de San Olaf y el mar Báltico al fondo.
El otro mirador es el de Kohtuotsa, desde este mirador se aprecia perfectamente el contraste entre la ciudad vieja y los modernos edificios de la ciudad nueva.
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