El interés turístico por Islandia crece cada año y en 2015 fueron más de 950,000 visitantes los que escogieron esta isla para sus vacaciones. Razones no les faltan, pues se trata de un paraíso sorprendente, con espectaculares paisajes prácticamente vírgenes y con múltiples encantos para el visitante. Éstas son algunas de las cosas que no puedes perderte si tu también decides escaparte a Islandia para pasar unos días de descanso:

- Reykjavik: moderna y dinámica, la capital islandesa es una ciudad abierta y acogedora, creativa y llena de vida. Su historia se remonta al año 874, cuando su primer colono, Ingólfur Arnarson, construyó una finca en los terrenos de la actual ciudad y le dio su nombre, que traducido significa Bahía de Humo, posiblemente por el humo que salía de la tierra y por sus aguas termales. Precisamente, el termalismo es uno de los rasgos diferenciales de este urbe, cuyas casas y edificios públicos se calientan gracias a la energía obtenida de este recurso natural. Además, la ciudad cuenta con 7 piscinas termales públicas (y un sinfín de privadas), donde darse un baño en sus cálidas aguas, que contrastan con el frío de la calle. Pese a que las temperaturas en Reykjavik son bajas, el clima no es tan frío como cabría esperar. Eso sí, sus inviernos son largos y con pocas horas de luz (algunos días tan solo se puede disfrutar de luz solar durante cuatro horas). No obstante, sus calles limpias y bien conservadas y sus casitas con los tejados de colores le dan el toque mágico a una ciudad llena de encanto.

- Ruta del Círculo Dorado: es una ruta turística clásica en Islandia y cada año la realizan miles de turistas, gracias a su proximidad a la capital y al atractivo de los paisajes que la conforman. En esta ruta podemos disfrutar de maravillas de la naturaleza como la cascada de Gullfoss; el valle de Haukadalur, conocido por sus geiser; y del valle y la falla de Thingvellir.

- Auroras Boreales: son uno de los fenómenos naturales más famosos del mundo y solo pueden disfrutarse en puntos muy concretos del planeta. Islandia es uno de ellos y, de hecho, muchos de sus visitantes viajan al país atraídos por esta mágica luz de colores que aparece como un faro en medio del cielo oscuro. Técnicamente, las auroras boreales son un fenómeno luminoso que se produce en las capas altas de la atmósfera terrestre y consisten en el impacto de partículas solares en estas capas, que en las zonas polares son más débiles que en las latitudes centrales del planeta. Las auroras tienen formas caprichosas y solo son visibles desde finales de agosto hasta abril. Para verlas tenemos que buscar una zona alejada de la contaminación lumínica de las ciudades, aunque realmente, sólo Reykjavik  y su área urbana impiden el disfrute de este fenómeno). Se necesita, eso sí, tiempo claro y sin nubes. Varias empresas organizan excursiones para ver las auroras boreales, lo que supone una opción muy práctica si no queremos complicarnos. Sin embargo, también existe la posibilidad de ir por nuestra cuenta y descubrir los mejores
puntos de la isla para ver las auroras.

- Avistamiento de ballenas: otro de los atractivos de Islandia es el avistamiento de ballenas y delfines, los invitados más habituales en su costa. En el país, la caza de ballenas es legal, pero en los últimos años, han crecido las voces que piden la preservación de estos animales, atendiendo no solo a criterios medioambientales sino también económicos, ya que el avistamiento de cetáceos se ha convertido en una gran fuente de ingresos en Islandia gracias al turismo. Si queremos ver de cerca estos animales, debemos tener en cuenta que hay tres zonas desde donde podremos disfrutar de rutas, excursiones y viajes organizados con este fin. La primera de ellas es la capital islandesa, desde donde salen recorridos de tres horas de duración alrededor de la gran bahía de Reykiavik. La segunda zona desde donde podremos partir para avistar cetáceos es la ciudad de Hûsavik, en la costa norte de la isla. Si nos desplazamos hasta allí podemos aprovechar la visita para descubrir los atractivos de la zona. Otra opción, son las Islas Vestmannal, al sur de Islandia.

- Ruta del Círculo de Diamante: si visitamos el norte de la isla y/o la ciudad de Husavik, no podemos dejar de realizar esta ruta. Quizás no sea tan famosa como la ruta del Círculo Dorado, pero algunos de sus paisajes son realmente espectaculares. Es el caso del Lago Myvant; el Cañón de Ásbyrgi; los Castillos Oscuros; la cascada de Dettifoss o los Acantilados de los Murmullos, entre otros.

- Complejo volcánico de Askja: otro de los elementos de la naturaleza que definen Islandia son sus volcanes. Si queremos disfrutar de sus mágicos paisajes volcánicos, no podemos saltarnos una visita al complejo volcánico de Askja y sus lagos, en algunos de los cuales es posible bañarse a 25 grados.