Y es que Berlín puede ser la Puerta de Brandeburgo, el Reichstag o el Muro, pero también puede ser una tarde de compras y de cine en la modernísima Potsdamer Platz, tomar un café en los barrios más alternativos de la ciudad como Prenzlauer Berg o Mitte, visitar lugares diferentes como Tacheles, Hackesche Höfe, el parque del aeropuerto de Tempelhof o Treptower Park o pasar una tranquila tarde de verano a las orillas del Wannsee.

Proponemos una ruta por Berlín de 3 días. El primer día conoceremos los lugares de interés en el centro de la ciudad, en un paseo que nos llevará desde Alexander Platz hasta Potsdamer Platz. El segundo día se puede dedicar la mañana a descubrir uno de los monumentos más históricos del mundo, el Muro de Berlín, y la tarde a pasear por los barrios más alternativos de la ciudad. El tercer y último día se puede dejar para descansar. En los meses de verano, una buena opción es llegar hasta el lago Wannsee, descubrir todo lo que nos ofrece el Tiergarten, o descansar en parques muy diferentes a los que se suelen ver en otras ciudades como el del aeropuerto Tempelhof o el Treptower Park.

Qué ver en Berlín en 3 días

Día 1: Ruta por el Berlín más turístico

El primer día nos llevará a recorrer los edificios y monumentos más famosos del centro de la ciudad, empezando en la famosa Alexanderplatz y terminando en la moderna Potsdamer Platz.

Alexanderplatz: Alexanderplatz puede ser un buen lugar para comenzar el recorrido que proponemos, pues está muy bien conectado por metro o autobús con otros puntos de la ciudad. Sin duda, la construcción que nos va a llamar la atención en esta plaza es la Torre de la Televisión (Fernsehturm) con sus casi 370 metros de altura y con unas vistas de la ciudad espectaculares. Otro elemento que llama la atención en la plaza es el reloj que da las horas de todo el mundo. Detrás de Alexanderplatz hay otra gran plaza en la que encontramos la Fuente de Neptuno y el Roteshaus, ayuntamiento de la ciudad.

Catedral: Desde Alexanderplatz subiremos por Karl Liebknecht Str. y, tras cruzar el Spree, llegaremos a una gran esplanada en la que hay varios edificios importantes como el interesantísimo Altes Museum o la Catedral de Berlín. De ésta última nos llamará la atención su enorme cúpula verde desde la que podemos disfrutar de impresionantes vistas de la ciudad. En el interior no nos podemos perder la maravillosa cripta de los Hohenzollern.

Museo de Pérgamo: Detrás de la gran plaza donde se encuentra la catedral y delimitada por el Spree (río que nos acompañará durante buena parte del recorrido) está la conocida como Isla de los Museos. No es difícil averiguar por el nombre, que se trata de un espacio repleto de museos. De entre todos ellos destaca el Museo de Pérgamo, donde podremos admirar objetos y colecciones de antiguas civilizaciones como la Puerta de Ishtar de Babilonia, el Salón de Alepo, el altar de Zeus, la puerta del Mercado romano de Mileto o una copia del Código de Hammurabi.

Unter den Linden: Volvemos sobre nuestros pasos para empezar a recorrer la avenida más famosa de Berlín: Unter den Linden, una de las calles más famosas de Europa. Son innumerables los lugares de interés con los que cuenta esta avenida: la Universidad Humboldt, la Neue Wache con la emocionante Piedad de Kollwitz, la Staatsoper, la Babelplatz (donde los nazis quemaban libros), el Hotel Adlon, la Puerta de Brandeburgo…

Checkpoint Charlie: Subiendo por Unter den Linden en dirección a la Puerta de Brandeburgo, nos encontraremos con otra calle famosa, Friedrichstrasse. Recomendamos coger esta calle para acercarnos a un lugar que nos recuerda los años de la Guerra Fría, es el Checkpoint Charlie, un puesto fronterizo de aquellos inquietantes años de tensión entre oriente y occidente. Un puesto de control, el famoso cartel que anunciaba que se dejaba el sector americano y un interesantísimo museo donde conocer más en profundidad cómo fueron aquellos años en una Berlín dividida y cómo era la vida cuando la ciudad se encontraba separada por el muro, nos hacen viajar en el tiempo a los años posteriores a la II Guerra Mundial.  

Puerta de Brandeburgo: Unter den Linden se despide a lo grande, con la famosa Puerta de Brandeburgo, en la Pariser Platz (donde también está el Hotel Adlon). Sin duda, estamos ante el edificio más famoso de Berlín: una puerta construida en el año 1791 con la figura de la Diosa de la Victoria en la parte superior. Si bajamos la vista y miramos al suelo, veremos por donde pasaba el Muro de Berlín, ya que la puerta quedó en los años del muro entre ambas Alemanias: la oriental y la occidental.

Reichstag: Con la Puerta de Brandeburgo termina Unter den Linden. Si desde ella giramos hacia la derecha, llegaremos hasta el edificio del Reichstag, sede del parlamento alemán y edificio que vivó varios hechos históricos en los años del nazismo y de la II Guerra Mundial. Lo más interesante, arquitectónicamente hablando, es la famosa cúpula de Norman Foster, perfecta para llevarnos una foto diferente de Berlín. Desde la cúpula disfrutaremos de una magnífica panorámica de la ciudad.

Memorial del Holocausto: Volvemos sobre nuestros pasos y, tras pasar de nuevo por la Puerta de Brandeburgo, llegaremos hasta una gran zona conocida como Memorial del Holocausto. Se trata de 2711 bloques de color oscuro de diferentes alturas en recuerdo de los judíos víctimas del nazismo. Debajo de la esplanada, un centro de interpretación que habla sobre el Holocausto sobrecoge el corazón del visitante.

Potsdamer Platz: Si seguimos avanzando, llegaremos a la Potsdamer Platz, lugar donde es posible contemplar la nueva arquitectura alemana.

Día 2: El Muro de Berlín y lugares alternativos de la ciudad

Muro de Berlín: Una visita a Berlín no estaría completa sin acercarnos al Muro de Berlín. Su sola presencia explica buena parte del siglo XX. El muro fue levantado en el año 1961 para dividir la zona oriental de la occidental. Durante 28 años se convirtió en el símbolo de la Guerra Fría y fueron muchos los que intentaron cruzarlo para llegar a la Alemania occidental. La caída del muro se produjo el 9 de noviembre de 1989. De lo que queda del muro en la actualidad, la zona más conocida es la East Side Gallery, donde muchos artistas han dejado su obra en forma de grafitis (algunos de los dibujos se han convertido en iconos de la ciudad como el del beso)

Barrios y lugares de moda en Berlín: Como hemos visto, Berlín tiene mucha historia. Pero también es conocida por su carácter alternativo. Algunos barrios de la ciudad reflejan ese estilo de vida diferente. Uno de esos barrios “bohemios” es Prenzlauerberg. Aunque este barrio ha perdido su carácter un tanto “gamberro” del pasado, todavía conserva ese estilo de vida alternativo en lugares como la Kulturbrauerei o el mercadillo bohemio de Mauerpark. Otros barrios alternativos de Berlín son Kreuzberg, barrio turco de la ciudad, o Mitte. Hackesche Hofe o Tacheles, éste último reflejo de ese pasado alternativo que poco a poco se pierde en la ciudad, son dos construcciones que nos descubren el Berlín más auténtico.

Día 3: Pasar una tranquila tarde en el Wannsee o en los parques de Berlín

El tercer día en Berlín se puede dedicar a desconectar y relajarse. Una opción en los meses de verano es acercarse al Wannsee, dos lagos (Grosser Wannsee y kleiner Wannsee) que eligen los berlineses para pasar los días más calurosos del estío. Allí se produjo otro triste hecho histórico de la II Guerra Mundial: la conferencia de Wannsee en 1942, en la que los dirigentes nazis planificaron la conocida como “solución final. Otros parques y lugares de Berlín para desconectar son el enorme Tiergarten, el Tempelhofer Feld (un parque en un antiguo aeropuerto) o el Treptower Park.