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El desierto blanco de Egipto


Existen ciertos lugares que nos destrozan la idea original que teníamos de un paisaje. Lugares que hacen que la imagen que teníamos de ese paisaje se transforme. Un ejemplo que nos ayuda a comprender lo que estamos diciendo es el lugar que nos ocupa en el viaje que vamos a hacer hoy en nuestra ruta; se trata de viajar y perdernos en el conocido como “Desierto Blanco” de Egipto.

Egipto Egipto Egipto Egipto Egipto
Datos Útiles


País: Egipto
Idioma: Árabe, egipcio
Zona Horaria: GMT +2
Moneda: Libra egipcia
Requisitos de entrada: Pasaporte

Si siempre habíamos imaginado un desierto como una enorme superficie de arena dorada con multitud de dunas; el desierto blanco viene a desmentir esa idea que teníamos de lo que es un desierto, para añadir a esta palabra la imagen de una extensa superficie de arena y rocas de color blanco. Sí, aunque parezca irreal, existe un desierto en Egipto de color blanco y con rocas de formas extrañas, conocido precisamente como “El desierto blanco”.

Este paisaje que posee esta extraña rareza cromática lo encontramos en el gran desierto occidental del Sahara, al oeste de Egipto, en la conocida como depresión de Farafra, una de las zonas más solitaria del país de los faraones.

Este extraño paisaje comenzó a formarse hace unos 60 millones de años, cuando este increíble lugar estaba sumergido bajo las aguas de un mar interior (de hecho, todavía se pueden ver fósiles de peces y moluscos en las piedras) y en donde se fueron amontonando, a lo largo de los años, piedras calizas en este fondo marino.

Con la retirada del mar, fue la erosión del viento la que se encargó de realizar su trabajo y moldear la piedra para crear extrañas formas rocosas. El resultado es el que conocemos hoy en día: Un desierto de colores blancos y crema formado por extrañas figuras rocosas.

Este paisaje sorprende al viajero, puesto que no está acostumbrado a ver algo así, no se imagina que un desierto de arena pueda ser blanco. Pero existen momentos en los que este desierto consigue sorprender aún más si cabe al viajero; uno de esos momentos se da al amanecer y al atardecer, cuando el color blanco y crema del desierto se transforma en bellos tonos rojizos, creando un espectacular paisaje lunar, como si de pronto hubiéramos hecho un viaje a otro planeta.

Otro momento que atrapa al turista que se acerca hasta este increíble lugar africano se produce cuando llega la noche, es ahí cuando nos damos cuenta de que vamos a tener el privilegio de dormir bajo la inmensidad de un firmamento repleto de estrellas; y es entonces cuando el turista se convence de estar viviendo una experiencia única, aunque para ello haya que soportar las gélidas temperaturas de la noche del desierto.

Como comentábamos anteriormente, esta zona es una de las más despobladas del país; para llegar hasta el desierto blanco tenemos que partir en Jeep de la ciudad de Farafra, uno de los pocos lugares habitados cerca del Desierto Blanco.

Farafra es una ciudad beduina que está situada a unos 45 kilómetros al norte del Desierto Blanco. Habitada por apenas  5000 beduinos, se trata de un lugar donde encontraremos las construcciones típicas de este gran desierto africano como son sus tradicionales casas de adobe.

Además de disfrutar del espectacular y curioso paisaje que nos regala el desierto blanco, y de poder conocer la cultura beduina en Farafra, existen otros lugares muy interesantes en esta desértica zona de Egipto como son las aguas termales de Bir Sitta y el lago de El Mufid.

Por último, no queremos terminar la ruta de hoy sin mencionar dos lugares cercanos al Desierto Blanco que merece la pena visitar como son el oasis de Bahariya y el oasis de Dakhla.

En resumen, el viajero que tenga intención de hacer un viaje a Egipto, para conocer algunos de sus lugares más característicos como pueden ser las Pirámides, la ciudad de El Cairo, los monumentos de Luxor o las playas de Port Said, le recomendamos que dedique un par de jornadas a alejarse de esas zonas tan repletas de turistas y aproveche para disfrutar de la soledad que le va a ofrecer un desierto tan especial y extraño como el Desierto Blanco y que conozca el estilo de vida de los beduinos, tan alejado del estilo de vida occidental, en la ciudad de Farafra. Creemos que la visita a estos lugares del desierto merecerá la pena y contribuirá a hacerse una idea más completa de lo que este gran país africano es capaz de ofrecer al visitante.


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