Llamada la ciudad rosa por el color del ladrillo con el que durante una época se construyeron muchos de sus edificios (debido en gran parte a la escasez de piedra en el lugar), Toulouse, situada en el suroeste de Francia y capital de Occitania, se convierte en un buen lugar para hacer turismo por su relativa cercanía a España, su ambiente, sus monumentos y por su animada vida cultural.

Qué ver y hacer en Toulouse

Existe un Toulouse repleto de monumentos para visitar y otro Toulouse, lleno de lugares únicos y diferentes, para disfrutar. Daremos un agradable paseo por esta encantadora urbe francesa para descubrir cada uno de ellos.

Casco histórico de Toulouse

La visita a Toulouse puede empezar perfectamente recorriendo las estrechas callejuelas de su “Vieux Quartier” o barrio viejo. Son numerosas las razones que convierten a este barrio en un lugar encantador: los edificios rosas que dan el apodo a la ciudad; las estrechas callejuelas que entran y salen formando un pequeño laberinto; plazas por las que durante la mañana, tarde y noche deambulan cientos de transeúntes; seductores cafés; pequeñas tiendecitas con encanto; preciosos palacetes con maravillosos patios interiores… Entre estos últimos destaca el Hotel de’Assézzat, un edificio de mediados del siglo XVI, joya del renacimiento en Francia, con bonito patio interior y sede de la Fundación Bemberg, que acoge magnificas obras pictóricas.

Plaza del Capitolio

Un lugar de Toulouse despunta por encima del resto: la Plaza del Capitolio, auténtico corazón de la ciudad francesa. Llama la atención por sus dimensiones y se la reconoce por una gran cruz occitana en el suelo. Son varios los elementos que llaman la atención en la plaza como una galería de soportales con pinturas en el techo o la torre conocida como Donjon, en donde se encuentra la Oficina de Turismo y que se puede convertir en un buen punto de partida para el turista deseoso de conocer la ciudad.

Sin embargo, si hay un edificio que destaca en esta concurrida y entusiasta plaza ese es el Capitole. Fue construido a finales del siglo XII y restaurado a mediados del XVIII en estilo neoclásico. Su exterior destaca por sus dimensiones y por las 8 columnas de mármol que hay sobre el portón central. El interior acoge el teatro y el ayuntamiento y sorprende por la belleza de algunas de sus salas como la Sala de los Ilustres, decorada con preciosos frescos.

Convento de los Jacobinos

Cerca de la Plaza del Capitole se encuentra el Convento de los Jacobinos, un antiguo edificio levantado en el siglo XIII con exterior austero de ladrillo rojo. Su interior, gótico, deslumbra más que el exterior debido, en gran parte, a las esbeltas columnas que crean, al unirse con el techo del templo, la forma de una palmera. Muy bonito también el claustro. Gran parte de su importancia viene dada porque el convento guarda los restos de Tomás de Aquino.

Basílica de Saint-Sernin

La Basílica de Saint-Sernin está dedicada a San Saturnino, patrón de Toulouse. Son muchas las razones por las que este templo está considerado como uno de los más importantes de la ciudad: primero por su antigüedad, ya que comenzó a construirse en el siglo XI (aunque se tardaría dos siglos en finalizar, ya en el XIII); segundo por sus dimensiones, pues estamos ante una de las iglesias de estilo románico más grandes del continente europeo; tercero, por su belleza, ya que está considerado como uno de los edificios más bonitos de Toulouse. A todo lo dicho hay que sumar que se encuentra en el Camino de Santiago francés, por lo que atrae a numerosos peregrinos, y que está declarado Patrimonio de la Humanidad.

Catedral de Toulouse

La Catedral de St. Étienne se encuentra situada en la plaza homónima y data del siglo XIII. Combina diferentes estilos y en ella destaca al altar mayor, las vidrieras y el órgano.

Museo de los Agustinos

A medio camino de ese Toulouse para ver y el Toulouse para disfrutar está el Convento-Museo de los Agustinos. Precioso edificio en el que llama la atención su bonito claustro y que guarda en su interior una interesante colección de pinturas. Un buen punto de partida para tomar contacto con el arte en la ciudad francesa.

Barrio de la Daurade

Empezamos a conocer el “otro Toulouse”, ese Toulouse que se disfruta con calma y que se saborea a pequeños sorbos. Para ello podemos empezar pateando el bonito Barrio de la Daurade, situado junto al Garona (entre el precioso Pont Neuf del siglo XVI y el Pont Saint-Pierre), y que se antoja perfecto para caminar sin prisa, sentarse a descansar o simplemente disfrutar de sus bonitas vistas.

Jardín Japonés

Pero si de tomarnos las cosas con calma se trata, quizá uno de los mejores lugares para desconectar en Toulouse sea el Jardín japonés o Jardin Japonais, un precioso parque situado junto al Canal du Midi que, por los elementos que contiene (cerezos, estanque, puentes, pabellón de té…), bien podría estar en ciudades de Japón como Nara o Kioto.  

Museo de Historia Natural

Otra opción para disfrutar de Toulouse es visitar el Museo de Historia Natural, un enorme espacio donde, a través de exposiciones temporales y permanentes, podremos conocer un poco más de la vida en la tierra. Además, junto a él está el Jardin des Plantes, un lugar perfecto para ir con niños, puesto que comprende una zona infantil.

Los canales de Toulouse

Son varios los canales que recorren la urbe francesa (además del propio río Garona) como el Canal de Brienne, el Canal lateral del Garona y el más importante de todos, el Canal du Midi. Este último es una impresionante obra de ingeniería de más de 240 kilómetros que une el Atlántico con el Mediterráneo y que fue mandado construir en la segunda mitad del XVII por Luis XIV. Es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Algunas imágenes de estos canales tapados por la cúpula que forman las copas de los árboles que crecen en sus orillas, nos recuerdan a algunas escenas de cuadros impresionistas. Pasear por sus orillas a pie o en bici, o recorrerlos en pequeñas barcas, se convierte en uno de los imprescindibles que hacer en Toulouse.

3 lugares diferentes para visitar en Toulouse

Hay en Toulouse tres lugares diferentes que sorprenderán al viajero:

La ciudad del Espacio (Cite de l’espace): seguramente, de los tres, el que más llama la atención es la Ciudad del Espacio. Pareciera como si el infinito espacio exterior se hubiera concentrado en un parque temático de Toulouse. La astronomía, la tecnología espacial y la aeronáutica se dan cita en este lugar a través de un recorrido interactivo que no deja indiferente a nadie y que incluye réplicas de cohetes y estaciones espaciales. Un parque para acercarse en familia y que sorprenderá a grandes y pequeños.

Aeroscopia: para aquellos que no quieren volar tan alto, pueden acercarse al Museo Aeronáutico “Aeroscopia” para ver aviones y otros medios de transportes aéreos.

Halle de la Machine: lugar diferente donde los haya que guarda figuras mecánicas un tanto extrañas o especiales como un gran minotauro.