Girona es una provincia que cuenta con lugares muy turísticos (Blanes, Lloret de Mar, Roses…), con impresionantes espacios naturales (Pirienos, Cap de Creus, Parc Natural de la Zona Volcànica de La Garrotxa…), con una bellísima capital de provincia y con muchos pueblos con encanto. Precisamente esto es lo que descubriremos hoy: seis de los pueblos más bonitos de la provincia de Girona.
Pueblos más bonitos de la provincia de Girona
En esta lista de los seis pueblos más bonitos de la provincia de Girona caben desde localidades con un fuerte aroma medieval hasta pintorescos pueblos de pescadores, pasando por preciosos enclaves junto al mar, e incluso disfrutaremos de un espectacular municipio gerundense que vive asomado a un precipicio.
Besalú
El primero de los pueblos más bonitos de Girona lo encontramos en el interior de la provincia, cerca de uno de esos maravillosos espacios naturales a los que hacíamos referencia, el Parc Natural de la Zona Volcànica de La Garrotxa.
Besalú entraría en la categoría de pueblo medieval. Un impresionante puente románico del siglo XII sobre el río Fluviá de 135 metros de largo (que podría incluirse perfectamente entre los puentes más bonitos de España), es el encargado de darnos la bienvenida a esta localidad gerundense. Una vez que lo atravesamos, le toca el turno a un casco antiguo que no es otra cosa que una sucesión de monumentos y lugares de interés: Monasterio benedictino de Sant Pere del siglo X, Casa Cornellá, Iglesia de Sant Vicenç del XII, Hospital de Sant Juliá… Pero quizá sea su antiguo barrio judío, y en especial el Mikvé, el único que hay en España de la Edad Media, los que más llamen la atención del visitante. La localidad fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1966.
Cadaqués
Y de un precioso pueblo medieval de piedra del interior de la provincia a una pintoresca población costera de casas vestidas de un blanco impoluto. O lo que es lo mismo, de Besalú a Cadaqués.
Ubicado en el impresionante entorno natural del Cap de Creus, el primer flechazo con esta localidad llegará muy pronto, justo cuando la carretera nos ofrezca, desde lo lejos, la primera imagen del pueblo. Después, cuando recorramos sus calles, descubriremos que estamos ante un lugar especial. Cadaqués es uno de esos enclaves típicamente mediterráneos en los que elementos como sol, luz, claridad, olor a mar o estrechas callejuelas de casas blancas adornadas con multitud de flores de mil colores forman un todo que atrae a miles de turistas cada año. El pueblo engancha. Uno no quiere terminar en Cadaqués de conocer nuevas calles y rincones. Y así, pateando para arriba y para abajo llegaremos a su construcción más importante, la Iglesia parroquial de Santa María. Si a todo ello añadimos la imagen de pescadores faenando en sus pequeñas barquitas y que la localidad tiene un marcado aire bohemio gracias a artistas como Dalí, con su Casa-Museo a las afueras del pueblo, el resultado es una visita inolvidable a un destino único.
Peratallada
Regresamos al interior de la provincia para visitar el que seguramente sea uno de los pueblos medievales más bonitos de toda España, Peratallada.
Ubicado en la comarca del Baix Empordà, su pequeño tamaño y la belleza de sus calles empedradas poblado de recias casonas (algunas de ellas escondidas tras una manta de enredaderas) invitan a recorrerlo con tranquilidad, parando cada poco tiempo para tomar una fotografía de alguno de sus rincones con encanto o simplemente para disfrutarlo a pequeños sorbos. Entre los lugares más destacados de Peratallada encontramos el castillo y la Torre del Homenaje, la Iglesia románica de Sant Esteve y la encantadora Plaza de Les Voltes. Esta población gerundense fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en el año 1975.
Begur
No muy lejos de Peratallada, pero en esta ocasión ya junto al mar, se encuentra otro de los pueblos más bonitos de Girona. Rodeado de un envidiable entorno natural, Begur se convierte cada año en uno de los destinos turísticos más buscados de la Costa Brava. En un casco antiguo de callejuelas estrechas y empedradas podemos ver buenos ejemplos de Casas señoriales de indianos, es decir, de aquellos que marcharon a América hacer fortuna y que después regresarían a su pueblo con las ganancias que acumularon al otro lado del charco. Entre los monumentos más importantes de Begur se encuentran un castillo del siglo XVI, varias torres defensivas o la Iglesia de Sant Pere. Sin olvidarnos que Begur cuenta con hermosas playas y calas que invitan al descanso como las de Aiguablava, Sa Tuna, Fornells, Sa Riera, Illa Roja, Aiguafreda y Platja Fonda.
Por cierto, para el viajero que disponga de tiempo y se haya quedado con las ganas de visitar más pueblos medievales con encanto de Girona, muy cerca de Begur tienen la posibilidad de conocer la localidad de Pals.
Castellfollit de la Roca
Pero, sin duda, el pueblo más sorprendente de la provincia de Girona es Castellfollit de la Roca. Se trata de uno de esos pueblos de nuestra geografía que han sido levantados sobre lugares imposibles. Ubicado en lo alto de una enorme roca a 50 metros de altura perfilada durante miles de años por la acción del río Fluviá, sus casas parecen desafiar a la ley de la gravedad. Por supuesto, una de las mejores cosas que hacer en Castellfollit de la Roca es disfrutar de las vistas de la localidad desde abajo y del entorno que lo rodea desde los miradores del propio pueblo. Aunque es la estampa que nos deja el pueblo en lo alto de la roca lo que más llama la atención, merece también la pena perderse por sus calles y descubrir lugares como la Iglesia vieja de Sant Salvador o la Torre del Reloj.
Tossa de Mar
Terminamos esta visita por los pueblos más bonitos de la provincia de Girona en Tossa de Mar, una localidad que encandiló a figuras como Orson Wellles o Ava Gardner, quienes recorrieron sus calles en multitud de ocasiones en las décadas de los 50 y los 60 del siglo XX.
Son muchos los turistas que, al igual que hicieron en su día Orson Welles y Ava Gardner, se acercan a conocer esta localidad de la Costa Brava. Y es que el pueblo esconde multitud de sorpresas: pasear por las callejuelas de la Vila Vella, llegar hasta el castillo, rodear sus murallas, recorrer los barrios de pescadores, visitar monumentos como la Iglesia Parroquial de San Vicente, descansar en playas y calas de aguas transparentes como Cala Bona, Cala Giverola o Cala Pola, disfrutar de las vistas que nos regalan algunos de sus miradores…