La expresión “Encanto marinero” despierta en nosotros ciertas emociones: melancolía, tranquilidad, desconexión … pero también nos traslada a ciertos lugares, generalmente de una belleza extraordinaria, como el viaje que proponemos hoy: un recorrido por la Costa da Morte.
Y ese “Encanto marinero” de la Costa da Morte viene acompañado de algunos de los más faros más fascinantes del norte de España, de barrancos y acantilados que perfilan paisajes agrestes e indómitos, de playas que invitan a relajarse y a olvidarse de los problemas, de tradiciones arraigadas en el tiempo y de gentes cuyo amor por el mar viene de lejos.
La Costa da Morte (Costa de la Muerte) es, como su propio nombre indica, una porción de costa situada en la provincia de A Coruña que cuenta con algo más de 200 kilómetros de longitud. Si el recorrido por ella se haciera de norte a sur, serían A Laracha y Carnota las que delimitarían la Costa da Morte. Sin embargo, es posible ampliar un poco el recorrido y llegar hasta otros lugares como el precioso pueblo de Muros. Este espectacular paisaje lleva el apellido de “da Morte” porque sus tortuosas costas han sido testigos de varios naufragios que costaron la vida a aquellos marineros que surcaban sus aguas.
Qué ver en la Costa da Morte
Faro, playa, acantilado, mirador, pueblo con encanto… un recorrido por la Costa da Morte nos llevará a descubrir lugares y construcciones estrechamente ligadas al mar. A continuación te contamos cuáles son los lugares imprescindibles de la Costa da Morte.
Malpica
Si hacemos el recorrido de norte a sur por la Costa da Morte, el primer lugar de interés que encontraremos es Malpica, un pueblo de esencia marinera que cuenta con un bonito puerto. Llama la atención el Santuario de Santo Hadrián do Mar por su espectacular entorno natural y por las vistas que nos regala (las primeras de muchas estampas únicas en la Costa da Morte). Frente a Malpica se encuentran las Illas Sisargas, en donde los acantilados son los protagonistas del paisaje. Saliendo de Malpica, si seguimos con el recorrido por la Costa da Morte, deberíamos detenernos en Punta Nariga para disfrutar de un precioso atardecer desde su faro.
Punta Roncudo
La siguiente parada de la ruta por la Costa da Morte sería Punta Roncudo, un lugar que tiene un faro y en donde las olas chocan de forma brusca con las rocas, emitiendo un feroz sonido.
Pueblo de Laxe
Tras transitar entre acantilados y descubrir varios faros, llega el momento de pararse en uno de los pueblos con encanto de la Costa da Morte, Laxe. Además de pasear por sus calles, respirar el aroma marinero de la localidad y visitar la Capilla de Santa Rosa de Lage, hay que acercarse hasta uno de los imprescindibles de la zona: la Playa de los Cristales, un lugar donde en vez de blanca arena encontraremos miles de pequeñas piedrecitas de distintos colores.
Dolmen de Dombate
En este momento conviene dejar por un momento aparcadas las miles de estampas marineras con las que nos obsequia la Costa da Morte y viajar en el tiempo, concretamente hasta el neolítico, para disfrutar de una visita guiada por el Dolmen de Dombate. Si queremos seguir perdiéndonos por la historia, muy cerquita del Domen de Dombate se encuentra el yacimiento arqueológico del Castro de Borneiro.
Cementerio de los ingleses
También de historia, pero en este caso mucho más reciente, nos habla el Cementerio de los Ingleses. Corría el año 1890 cuando se produjo la tragedia del naufragio del Serpent, en la que fallecieron 172 marineros ingleses que fueron enterrados en este cementerio.
Faro de Cabo Vilán
Y en esta sucesión de faros, acantilados, playas y pueblos marineros que es la Costa da Morte, le toca el turno en esta ocasión a un faro. Cerca del Cementerio de los Ingleses se encuentra el Cabo Vilán y el faro homónimo situado sobre un acantilado a 100 metros de altura. Se puede acceder al museo que hay junto al faro para conocer más sobre el mundo de los faros y los naufragios, pero sin duda, una de las mejores cosas que hacer en el Faro de Cabo Vilán es disfrutar de la bonita estampa que nos regala el lugar, especialmente cuando el sol comienza a esconderse en el horizonte.
Muxía
Haciendo honor a ese “Encanto marinero” del que hablábamos en la introducción de la reseña está el precioso pueblo de Muxía. Pasear por su puerto puede ser una de las mejores cosas que hacer en Muxía, sin embargo, es en Punta da Barca donde encontramos los lugares más importantes de la localidad: el Santuario da Virxe da Barca (Santuario de A Barca), la Pedra dos Cadrís, el Faro de Muxía, y el Miradoiro Jesús Quintanal, donde hay una escultura conocida como “A Ferida” que recuerda un triste incidente que tuvo lugar en esta zona, el hundimiento del Prestige.
Faro Touriñán
Es lógico que en una costa tan escarpada como esta se construyeran un buen número de faros que guiasen a los barcos que se acercaban a tierra. El Faro de Touriñán es otro de esos faros de este tramo de costa que nos regala una panorámica realmente increíble. Como curiosidad, hay que destacar que se trata del punto más occidental de la península.
El Faro de Finisterre
Aunque el de Touriñán sea el que se encuentra más al oeste de la península, no cabe duda de que el faro más emblemático de la Costa da Morte es el de Finisterre, uno de los faros más famosos de España. De unos 17 metros de altura, el faro y el lugar en el que se encuentra están rodeados de misticismo y leyenda por los cuatro costados. Varios son los motivos que contribuyen a ello: se trata del final del Camino de Santiago (una escultura de una bota de peregrino sirve para homenajear a aquellos que han completado el viaje) y para muchos simboliza el final de una etapa y el comienzo de otra. Además, para los romanos también simbolizaba el fin, en este caso el fin del mundo conocido… más allá solo existía lo desconocido.
Cascada de Ézaro
Una vez que hemos dejado atrás Finisterre, a los peregrinos y al fin de la tierra conocida para los romanos, la siguiente parada en el recorrido por la Costa da Morte es la Cascada de Ézaro, uno de esos lugares que el viajero guardará por mucho tiempo en su retina. Tras atravesar una pasarela de madera, se llega a un enorme salto de agua de 40 metros de altura que tiene la peculiaridad de que cae directamente al mar. Sin duda, una cascada que podría incluirse entre las más espectaculares de España.
Carnota: hórreo y playa
Entre las localidades de Finisterre y de Muros está Carnota, lugar de parada obligatoria por dos razones: la primera, porque allí se encuentra un hórreo (construcción donde se almacena el trigo y que se asienta sobre varios pilares) de unos 34 metros, uno de los más largos de toda Galicia; la segunda porque allí podemos disfrutar de una de las mejores playas de Galicia, la Playa de Carnota, su largo arenal de 7 kilómetros de longitud en forma de media luna de arena blanca, su sistema de dunas, sus aguas turquesas y la tranquilidad que se respira son motivos más que suficientes para considerar a esta playa como uno de los imprescindibles de la Costa da Morte.
Muros
Como decíamos, aunque no se considera a Muros como Costa da Morte, está claro que merece la pena acercarse hasta esta localidad para terminar el recorrido por este tramo del litoral gallego. Y es que, no está de más despedir el viaje perdiéndose por las calles y plazas del precioso casco histórico de Muros donde la piedra es la gran protagonista, o acercándose a algunos de los lugares más destacados de su maravilloso entorno natural como el Pozo do Cachón, el Miradoiro de Monte Naraio o la Praia de Area Maior.